El Niño y su contraparte La Niña son fenómenos climáticos recurrentes de tal magnitud que afectan al clima en todo el mundo.
Estos dos fenómenos naturales están relacionados con las fluctuaciones
de temperatura en el centro y el este del Océano Pacífico en el Ecuador,
junto con los cambios en la atmósfera.
Utilizado desde el siglo XIX por los pescadores peruanos para describir
una corriente oceánica cálida en la costa, el nombre de El Niño describe
el calentamiento de las aguas superficiales cerca de la costa de
Sudamérica.
A la inversa, La Niña se refiere a un enfriamiento de la superficie del océano en la misma región.
Ambos fenómenos, que pueden durar de 9 a 12 meses, se producen de forma
irregular - cada 2 a 7 años, con períodos en los que pueden desaparecer.
Influyen en los ciclos de lluvias tropicales y en la circulación atmosférica.
Durante un episodio de El Niño, llueve menos de lo normal en el este de
Australia, Indonesia, Filipinas, India, el sur de África o el norte de
Brasil, pero llueve más en el oeste de Sudamérica, el este de África
ecuatorial o el sur de Estados Unidos.
La Niña provoca efectos opuestos en cuanto a las precipitaciones. El
Niño provoca un aumento de las temperaturas y La Niña un descenso.
Aunque no hay pruebas de que el cambio climático está influyendo en la
frecuencia de ambos fenómenos, se considera probable que sí esté
empeorando los efectos de El Niño.
Es poco probable que el efecto de enfriamiento relativo de La Niña sea
suficiente para contener el aumento de las temperaturas provocado por
los gases de efecto invernadero.
El 2020, año de La Niña, fue el más cálido registrado.
CREDITOS A DIARIO LIBRE
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