En el país de Silicon Valley, de Google y de Apple, el retorno a las
clases por internet este agosto está sacando a relucir una brecha
digital a la que hasta ahora se había prestado poca atención: casi la
mitad de las familias de rentas bajas en EE.UU. no disponen de banda
ancha.
“Observamos una fuerte correlación con el nivel de
ingresos y con el estatus migratorio: si eres pobre e inmigrante, las
posibilidades de que tengas banda ancha en casa caen muchísimo”, explicó
a Efe Leani García, directora asociada para Iniciativas Estatales y
Locales del centro de ideas New American Society.
El acceso a
internet de banda ancha, la velocidad requerida para poder navegar y
usar todas las funcionalidades de la red de forma cómoda y rápida, es
considerado desde hace tiempo por la Administración estadounidense un
servicio casi tan esencial como la electricidad o el agua corriente,
pero no ha sido hasta la pandemia de COVID-19 que esto COVID-19 que esto
se ha convertido en una prioridad.
CREDITOS A DIARIO LIBRE