La vuelta a la normalidad y hacia la recuperación económica tendrá
que esperar en Estados Unidos después de que varios estados, entre ellos
California, decidieran volver a restringir la apertura de negocios para
detener un ritmo de contagios de la pandemia que este jueves volvió a
registrar un nuevo máximo.
Con unos 50,000 infectados por
COVID-19 en las últimas 24 horas, Estados Unidos sigue sin ver la luz al
final del túnel de la pandemia, pese a que los estados del noreste que
han sufrido los peores brotes desde abril se están recuperando con las
infecciones y las muertes en mínimos.
El testigo en esta crisis
sin fin aparente lo han recogido los estados de Florida, Texas,
California y Arizona, responsables del 60% de los nuevos casos en todo
el país durante la jornada del miércoles, según los datos publicados hoy
por las autoridades.
CREDITOS A DIARIO LIBRE