Argentina avanza en la investigación sobre el uso de plasma sanguíneo
de recuperados para trasmitir anticuerpos a pacientes con COVID-19, un
tratamiento que se encuentra en una fase de 'ensayo clínico nacional' que está dejando unos primeros resultados esperanzadores.
'Se
ve que está haciendo bien, que los pacientes que usan plasma tienen
menos uso de terapia intensiva y había disminuido la mortalidad, todos
los trabajos hablan de eso. Ahora, para que los números sean
definitivos, hace falta más tiempo', destacó a Efe el presidente de la
Asociación Médica del Hospital de Clínicas, Luis Sarotto.
El país
suramericano cuenta además con un antecedente positivo, el de la Fiebre
Hemorrágica Argentina, una enfermedad infecciosa provocada por el virus
Junín, que se encuentra en algunos roedores, descubierta en la década
de los 50 y para la que la transfusión de plasma de pacientes
recuperados resultó vital, reduciendo la tasa de mortalidad del 30 % al 3
%.