Brenda Castillo y Luguelin Santos terminan la década en recuperación
física la dama y en el peor momento de su carrera medido por resultados
el varón. Pero en el decenio comprendido entre 2010-2019 la libero y el
velocista jugaron un rol tan protagónico que el cuerpo de redactores de
DL lo escogió como los más destacados del campo “olímpico” dominicano.
Santos
coleccionó en la década medalla Olímpica y Mundial, tanto juvenil como
abierta, también pasó con pódium en Juegos Panamericana y
Centroamericana y del Caribe, y se consagró como una figura en la arena
internacional.
Castillo fue alma de unas Reinas del Caribe que
coronaron su mejor decenio, uno donde desafiaron al establishment y se
consolidaron como el deporte de conjunto más exitoso que ha tenido el
país.
El sprinter bayaguanense y la recogedora hainera sacaron las notas
más altas en un periodo donde se vio lo último en la pista de Félix
Sánchez, Gabriel Mercedes, Víctor Estrella, Jack Michael Martínez,
Yudelquis Contreras y Milagros Cabral, mientras que en la misma
irrumpieron o se consolidaron Luisito Pié, Audrys Nin, Leonel de los
Santos, Víctor Liz, Brayelin Martínez, Yamilet Peña, María Dimitrova,
Beatriz Pirón, Crismery Santana y Estefanía Soriano.
Fenómeno precoz
De
la mano del entrenador José Ludwig Rubi, que lo llevó donde estuvo
hasta 2018, entre Puerto Rico y Bahrein, Santos abrió la década con un
golpe sobre la mesa. Se fue al extremo del planeta y desde allí golpeó
tan fuerte que se escuchó a 17 kilómetros. Fue en los primeros Juegos
Olímpicos de la Juventud, disputados en Singapur, en 2010. Allí Santos
logró la medalla de oro en los 400 metros planos y fue parte de la
cuarteta de América que se llevó el metal dorado.
Al año
siguiente se estrenó corriendo con adultos, en los Juegos Panamericanos
de Guadalajara y se colgó la presea de plata en su especialidad y otra
en el relevo 4X400 con Arismendy Peguero, Yoel Tapia y Gustavo Cuesta.
Llegó
ese 2012 que nunca olvidará y que ningún otro atleta dominicano ha
logrado. Con el contrato de Puma se apretó la agenda internacional y ese
año estuvo en el Mundial de Bajo Techo (9no), se consagró campeón
Mundial Juvenil en Barcelona, debutó en la Liga Diamante y fue el
segundo hombre más rápido en su especialidad en los Olímpicos de
Londres.
En 2013 la antorcha se mantuvo encendida y agregó la
medalla de bronce en el Mundial de Moscú. El 2015 lo sorteó con el oro
en los Panamericanos de Toronto y con el mejor tiempo que ha logrado
hasta hoy, 44.11 segundos en el Mundial de Pekín, una carrera donde se
disparó hasta el cielo el fenómeno sudafricano Wayde van Niekerk con el
récord del mundo (43.38).
Entonces comenzó un trayecto de resultados por debajo.
En
Río 2016 se quedó en semifinal y vio desde las gradas cómo Van Niekerk
se alejaba más batiendo su propia marca (43.03), en 2017 se fue en el
primer heat y ancló en el lugar 24 en el Mundial de Londres. En 2018
hubo mejores reacciones con el oro en los Centroamericanos y del Caribe
de Barranquilla, pero terminó 2019, primer año fuera de la sombrilla de
Rubio, con un séptimo lugar en los Panam de Lima.
Santos apenas
tiene 26 años y al menos dos ciclos olímpicos más por delante, ya con
uno de los mejores resumés de atleta alguno dominicano.
La bujía
Brenda
Castillo no es quien remata los puntos que dan las victorias ni quien
salta en la malla para bloquear los ataques que provocan las derrotas.
Es parte de quienes reciben esos disparos que burlan las torres y parte
importante en la organización del ataque.
Castillo irrumpió en la
selección de mayores en 2007 con solo 15 años y arrancó la década
actual con el premio al Atleta del Año del Comité Olímpico Dominicano
por su rol estelar en la medalla de plata juvenil de un año antes.
Ese
2010 fue la abanderada quisqueyana en los Juegos Centroamericanos y del
Caribe de Mayagüez que el sexteto ganó. Al año siguiente comenzó a
reforzar a nivel internacional, con paradas en Canadá y Puerto Rico y en
2012 ayudó al equipo dominicano a clasificarse a unos Juegos Olímpicos
donde las Reinas anclaron en la quinta posición con ella escogida como
la mejor libero del planeta, además de establecerse como refuerzo en
Azerbaiyán.
Castillo fue factor determinante en 2014 para que el
país lograra su mejor participación en un Mundial, el quinto lugar
alcanzado en la edición de Italia, un año donde también obtuvo el oro en
los Centroamericanos y del Caribe de Veracruz. En 2015 se alzó con la
presea de bronce en los Panam de Toronto.
Si bien el equipo no
pudo clasificarse a los Olímpicos de Río, la carrera de Castillo
continuó en el tope en Asia y Brasil. En 2018 logró su quinto oro
Centroamericano y del Caribe en Barranquilla y estuvo en su tercer
Mundial. Este 2019, tras alumbrar por primera vez, se integró a tiempo
para ayudar al sexteto a conquistar su segunda medalla de oro en unos
Juegos Panamericanos.
Brenda termina el año ya recuperada de una
fractura en su brazo izquierdo que sufrió en un accidente
automovilístico en agosto pasado, en Samaná. El próximo mes, está
llamada a ser figura en la búsqueda del boleto olímpico para Tokio, en
el Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto.