SANTO DOMINGO.-El director de la Defensa Civil, Juan Salas, es enfático cuando declara que la función de la entidad que dirige es preventiva antes que reactiva.
Los efectos adversos causados por el cambio climático colocan a la institución en el centro de todas sus pares que integran la Comisión Nacional de Emergencias.
Sus acciones, obligadas a ser ejecutadas con presupuesto limitado —casi una norma en el Estado—, van en esa dirección justo cuando en el país se ha empezado a hacer conciencia sobre la necesidad de una preparación que permita salvar vidas ante eventualidades como las ocurridas el viernes 4 de noviembre.
Ese día la capital dominicana quedó anegada fruto de lluvias torrenciales y repentinas, provocando pérdidas humanas y materiales.
Los de la Defensa Civil aprovecharon la experiencia. “Hicimos un levantamiento, medimos la altura máxima del agua y articulamos una respuesta con entidades como la CAASD y el Intrant para ser capaces de dar respuesta ante otro evento similar”.
Experiencia acumulada
Y esa ha sido la constante.
Desde su fundación en 1960 y tras lograr un aval en 1966 con la
promulgación de la Ley 257, el organismo de socorro ha ido acumulando
conocimiento sobre la manera de lidiar con desastres naturales.
“Después del ciclón George en 1998, nos vimos obligados a crear un sistema nacional de emergencias. El presidente de la República dirige el Consejo y de secretario de ese consejo hace el director de la Defensa Civil”.
Un elemento positivo a destacar, los integrantes del Consejo Directivo de la entidad son técnicos experimentados con experiencia superior a las dos décadas en algunos casos. La nómina de la organización está compuesta por 459 empleados distribuidos en áreas administrativas, operaciones, salud, educación, provinciales y Sistema Nacional de Información.
Operaciones dispone de unidades acuáticas, búsqueda y rescate, extricación vehicular, brigada canina, telecomunicaciones, entre otras. “Estos grupos siguen intactos, tal como fueron encontrados por esta dirección. La administración ha respetado al personal calificado y no ha hecho cambios importantes en recursos humanos y técnicos”, informó Bernardo Rodríguez, subdirector de la Defensa Civil.
El presupuesto de la entidad es de 180 millones de pesos anuales, y
por concepto de certificación de no objeción para el funcionamiento de
las estaciones de combustibles, se reciben, 19 millones de pesos al año.
“Esos recursos son invertidos en áreas básicas, por ejemplo, adquisición
de herramientas para garantizar el funcionamiento, siempre cumpliendo
con los procesos legales de adquisición que establece la ley”, indicó el
director.
Meta a priorizar
Salas informó que actualmente, trabajan desde el pasado mes de noviembre
y en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas, en la
elaboración de un Plan Nacional de Gestión de Riesgos que deberá estar
listo para agosto de 2023.
A su vez, la directora de la Escuela Nacional de Gestión de Riesgos, Miguelina Tactuk, informó sobre las actividades formativas. “Tenemos la responsabilidad de formar a los técnicos y voluntarios. Nuestro plan de capacitación cuenta con 75 temas y somos responsables de promover la gestión de riesgo”.
El uso de la tecnología en labores de rescate e informativas ha sido insertado. El coronel Rubén Frontal, encargado del Sistema Integrado de Información, indicó que han sistematizado el conocimiento de las amenazas generando productos para que los manejadores de las emergencias puedan distribuir los puntos de socorro.
Dato histórico
— Orígenes
En 1947 tras la Segunda Guerra Mundial, los organismos internacionales
decidieron crear organismos de protección civil. Casi trece años
después, se crea la Defensa Civil en la República Dominicana.
Fuerza médica dirigida en la DC
Detalles. La Defensa Civil cuenta con un equipo de profesionales de la
salud que alternan sus labores dependiendo de la necesidad existente.
Desde eventos simples, como operativos médicos y jornadas de vacunación, hasta labores complejas como servicios prolongados ante el paso de desastres naturales, médicos, paramédicos, emergenciólogos y técnicos, suplen la asistencia requerida.
Forman parte de un equipo operativo distribuido en 685 puestos de socorro en nueve regiones y que cuenta con doce ambulancias.
Las acciones son coordinadas por radio con una estación en Altobandera de Constanza como punto matriz, un repetidor de enlace en Mao, otro en la sierra de Bahoruco y uno en San Cristóbal que cubre Santo Domingo.
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