Joaquín Ávila vive en Miami, Florida, pero en Cuba
tiene a tres hijos, siete nietos, dos hermanos y numerosos sobrinos.
Este martes, como muchos cubanos, celebra que podrá ayudar mejor a sus
familiares, después de que Estados Unidos decidiera levantar varias
restricciones a su país.
"Va a ser más viable mandarle cosas a mi
familia, más viable viajar", dice ese hombre de 70 años en el barrio
miamense de la Pequeña Habana.
El gobierno de Joe Biden anunció el lunes que revertirá sanciones impuestas a Cuba
durante la presidencia de Donald Trump, entre ellas el límite de
remesas familiares de 1.000 dólares por trimestre o la prohibición para
las aerolíneas de volar a otras ciudades cubanas que La Habana.
Se
trata de una iniciativa con la que la administración Biden pretende
apoyar al pueblo cubano --inmerso en una profunda crisis económica y
política que ha disparado la emigración desde la isla en los últimos
meses-- sin ayudar demasiado al régimen de La Habana.
"Creo que
el gobierno de allá se va a beneficiar de alguna forma. Pero los que más
se van a beneficiar son los familiares nuestros que pasan las de Caín
(sufren mucho)", dice Ávila, que lleva 23 años en Miami.
"El gobierno no me importa, me interesa mi familia, que es la que corre por mis venas", añade.
A pocos metros de ahí, Idania Rojas también ve con buenos ojos las medidas anunciadas por Washington.
"Los
cubanos vivimos de las remesas de los familiares", afirma esa mujer de
62 años que emigró a Florida hace tres. "Y el cubano que está aquí vive
por la familia que deja allá. Lo que tú ganas aquí en una hora lo vas a
ganar allá en un mes", agrega.
CREDITOS A DIARIO LIBRE
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