Levantarse. Ir al lugar de trabajo. Cumplir con la jornada laboral. Volver a casa. Y cada día, vuelta a empezar. Así es la rutina más habitual de cualquier profesional medio… ¿o deberíamos decir “era”? Depende de a quién se le pregunte.
Al fin y al cabo, además de nuevos tipos de profesiones
enmarcadas en un contexto digital, y el crecimiento de los profesionales
“freelance”, bien por voluntad propia o necesidad, también están
surgiendo nuevas formas de cumplir con el trabajo.
El teletrabajo, es decir, trabajar a distancia sin ir presencialmente a la oficina, normalmente desde casa; el “co-working”, trabajar en espacios compartidos con otros “freelances” o teletrabajadores; o el “smart-working”, trabajar desde cafeterías u otros lugares, son algunos ejemplos.
Y otra fórmula, que va más allá, es la de los nómadas digitales:
trabajar desde cualquier lugar y viajar como parte de ese trabajo o,
sencillamente, por el placer de cambiar de sitio mientras se desempeña
una profesión digital que lo permita.
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