El teletrabajo, impulsado por la pandemia en muchos países, no cala
en Japón, donde menos del 20 % de los empleados lo ha adoptado y donde
se ve entorpecido por prácticas tradicionales como el uso de los sellos
"hanko", un peculiar sistema de firmas ampliamente utilizado.
El
uso del "hanko" está siendo cuestionado en la crisis actual y el
ministro de Tecnologías de la Información, Naokazu Takemoto, que también
lidera el comité gubernamental de "parlamentarios para la protección de
la cultura del hanko japonés", ha propuesto adoptar un sello
electrónico ("e-seal"), que no entraría en vigor hasta 2022.