La
escasez de gas licuado de petróleo (GLP) en Cuba, atribuida por el
Gobierno al endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos, afecta a
aproximadamente 1.7 millones de familias, informó este miércoles la
estatal Unión Cuba-Petróleo (Cupet), responsable del suministro de
combustible en la isla.
“Estamos tomando todas las medidas para
poder lograr un contrato a término y con todas las garantías, que
permita restablecer el servicio”, declaró el jefe de combustibles
domésticos de Cupet, Lucilo Sánchez Aquino, al diario estatal Juventud
Rebelde.
Cuba sufre desde mediados de enero dificultades para
importar GLP, un recurso esencial para cocinar en la mayoría de los
hogares cubanos.
El
Gobierno asegura que tenía programado recibir cargamentos de este
producto a finales de diciembre de 2019 y principios de enero, pero los
proveedores se negaron a realizar las entregas planificadas.
Las
entregas, de acuerdo con fuentes oficiales, se cancelaron por las
sanciones estadounidenses el año pasado a compañías estatales cubanas
-como la Corporación Panamericana, responsable de acuerdos de energía y
negocios internacionales- que podrían afectar a compañías, armadores,
buques y aseguradoras de terceros países.
Ante esta coyuntura, el
directivo de Cupet hizo un llamamiento a la población cubana para “que
aplique todas las medidas de ahorro en sus casas” con el objetivo de
“tener un mínimo de afectaciones”.
La crisis energética cubana
abarca también el suministro de combustibles líquidos, que ha sufrido
altibajos desde el pasado septiembre por la intermitencia en la llegada
de buques petroleros, causando situaciones de desabastecimiento en las
gasolineras del país.
A esto se suma la escasez de otros
productos básicos, como los lácteos, cuya distribución se encuentra
“afectada”, informó este miércoles el diario estatal Granma.
La
crisis de lácteos afecta a la producción nacional y envasado de leche en
polvo, yogur y helados, así como a las importaciones de este tipo de
productos, según autoridades cubanas, que también atribuyeron este
problema al recrudecimiento del embargo financiero y comercial a Cuba
bajo la Administración del presidente estadounidense Donald Trump
En
2019 Washington aplicó nuevas sanciones a Cuba que han impactado con
dureza en su economía, en represalia por la supuesta injerencia cubana
en la crisis venezolana y su apoyo incondicional al presidente Nicolás
Maduro.
Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump
ha endurecido la política hacia el país caribeño con reducciones del
personal diplomático, el endurecimiento del embargo comercial,
restricciones a los cruceros y limitaciones a los viajes de
estadounidenses a la isla.