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Puertorriqueños se niegan a dejar los refugios tras sismo

Un nuevo barrio ha surgido en esta población del sureste de Puerto Rico dañada por un terremoto: sus habitantes son 300 personas, una docena de agentes de policía y una guacamaya. Gritos de “íuno!” se alzaban en el aire el viernes por la mañana, cuando niños jugaban con cartas sobre sus catres mientras hombres con aire soñoliento y la almohada bajo el brazo se iban al trabajo.
Muchas de las familias en este polvoriento estadio de béisbol convertido en refugio improvisado viven en las cercanías. Pero no pueden o no quieren regresar a sus casas porque sus muros están agrietados, se han desplomado o han sido evacuados indefinidamente debido a un terremoto de magnitud 6.4, tras el cual el presidente Donald Trump declaró estado de emergencia para la isla.
Cientos de miles de puertorriqueños carecen de electricidad y agua corriente, y miles duermen en refugios o en las aceras desde el sismo del martes. El temblor dejó un muerto, nueve heridos y daños parciales o totales a cientos de viviendas, escuelas y negocios en el suroeste de la isla.
La inusual actividad sísmica, que ha incluido fuertes réplicas, ha demorado las tareas de rescate, acrecentado el número de personas que permanecen en refugios instalados por el gobierno, como el de Guayanilla, y provocado pánico en miles de personas.
“Yo he decaído al punto de arrodillarme en una calle para rezar y hasta ponerme a escuchar música cristiana”, dijo Irma Vega, una cuidadora de ancianos de 45 años. “Más de 20 años no me congregaba”. Durante la noche se produjo una réplica de magnitud 4.4, y la gente en el refugio gritaba: “íEstá temblando, está temblando!”, mientras algunos se despertaban. Los sismos también han dañado edificios gubernamentales, incluyendo una prisión de máxima seguridad en la cercana ciudad costera de Ponce, en el sur de la isla, donde las autoridades reubicaron a casi 200 internos por su seguridad. Ha estado temblando en el suroeste de Puerto Rico desde el 28 de diciembre, con más de 1,100 sismos, de los cuales 96 se han sentido y 66 fueron de magnitud 3,5 o mayor, según la Red Sísmica de la isla. Lo más probable es que las réplicas sigan disminuyendo en frecuencia durante los próximos 30 días, dijo Gavin Hayes, del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Mientras tanto, funcionarios gubernamentales intentan serenar y distraer a la gente al convertir algunos refugios en comunidades improvisadas. En el estadio de béisbol de Guayanilla voluntarios presentaron la película “Dinosaur” para una docena de niños pequeños embelesados.

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