El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) con el propósito
de mantener debidamente informados a la opinión pública y a los agentes
económicos, presenta un análisis sobre como la estrategia de política
monetaria basada en el esquema de Metas de Inflación (EMI), mejor
conocido como InflationTargetingha contribuido a mantener la estabilidad
macroeconómica en un entorno cambiante.
Este marco operativo se implementa desde el 2012 con el propósito de
procurar la estabilidad de precios, principal objetivo de la política
monetaria según lo establecen la Ley Monetaria y Financiera 183-02 y la
Constitución dominicana.
Bajo este esquema, el ente emisor asume un compromiso de conducir la
política monetaria para alcanzar una meta explícita de inflación (4%±1%
actualmente en República Dominicana) dentro de un horizonte de tiempo
determinado. Al establecer una meta de inflación específica, el Esquema
de Metas de Inflación brinda credibilidad a los agentes económicos,
contribuyendo a facilitar sus decisiones de consumo e inversión. De esta
forma, la consecución de una inflación baja y estable es la principal
contribución del banco central a la estabilidad macroeconómica y al
crecimiento sostenido.
En el caso de la República Dominicana, la implementación del Esquema
de Metas de Inflación ha contribuido a mantener la estabilidad
macroeconómica y a enfrentar mejor los choques externos, como lo
reseñara recientemente el distinguido ex gobernador del Banco Central,
Bernardo Vega. En efecto, el exgobernador destacó que “la estrategia
dominicana ha sido exitosa ya que durante siete años se ha logrado no
exceder la meta de inflación y es probable que en el 2019 ocurra lo
mismo, pues la inflación proyectada se cree que no pasará del 4%”.
Asimismo, en el más reciente comunicado de prensa del Fondo Monetario
Internacional (FMI) sobre la consulta del Artículo IV se resalta que la
reacción oportuna de la política monetaria ha contribuido al dinamismo
del consumo y la inversión, así como a mantener el sólido desempeño
económico en los últimos años, facilitando una reducción de la pobreza,
de la desigualdad y a una continua convergencia a los niveles de
ingresos de economías avanzadas.
La adopción formal del Esquema de Metas de Inflación en el año 2012
estuvo cimentada en los buenos resultados obtenidos por una amplia
muestra de países que han implementado este esquema de política
monetaria y los múltiples beneficios en relación con otras estrategias
operativas. En efecto, los estudios señalan queestablecer explícitamente
una inflación baja como meta principal de la política monetaria ayuda a
construir credibilidad y anclar las expectativas de inflación de manera
más rápida y duradera (Batini, 2006), al ser un objetivo
intrínsecamente más claro, fácilmente observable y comprensible.
Estas bondades motivaron que, a principios de los años 90, algunas
economías industrializadas implementaran metas explícitas de inflación,
siendo los pioneros los bancos centrales de Nueva Zelanda, Canadá e
Inglaterra. Desde entonces, la evidencia favorable de estos países,
motivó a que una cantidad creciente de economías avanzadas y emergentes
adoptaran esta estrategia monetaria. Actualmente más de 35 bancos
centrales conducen su política monetaria bajo un Esquema de Metas de
Inflación.
De manera particular, en América Latina y el Caribe, once economías
han adoptado este esquema: Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica,
Guatemala, Jamaica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y
Uruguay.