NACIONAL
Los enamorados tienen un espacio en el Parque Iberoamérica, o de
las luces, de esta ciudad donde dejan sellado su amor eterno en público
con “los candados del amor”, una emulación del “Puente de las Artes, en
París”.
Las parejas, novios o esposos, se profesan amor eterno o
renuevan sus votos amorosos colocando un candado en la malla de en un
corazón de metal. La norma es cerrar el candado y las llaves tirarlas en
una fuente cercana.
La mayoría de los candados tienen los
nombres de la pareja y en el caso de los matrimonios se coloca un
candado de tamaño regular con pequeños entrelazados dependiendo los
hijos que se tenga.
“Los Candados del Amor” permanecen como
testigos para el mundo de que en el lugar parejas dijeron al mundo que
se aman y que su amor es hasta la eternidad. Muchos de los candados
están oxidados por causa de la inclemencia del tiempo, el mismo que los
amados quieren para la eternidad.
Cada pareja usa el espacio que
considere, no tiene costo, ni reglas y los responsables del parque se
encarga de mantener el espacio limpio, que es visitado con frecuencia
por parejas y curiosos al ver la cantidad de candados enganchados.
Los
candados del amor siguen ahí como testigos del pasaje bíblico de que,
lo que por amor se ate en la tierra, quedará atado en el cielo.
El
origen de esa iniciativa fue en París, la ciudad del amor, donde
muchas parejas acostumbran colocar candados en las rejas del “Puente
de Las Artes”, como una muestra de que estuvieron en la célebre ciudad.
Han
sido tanto los candados colocados en el puente que ya estaba afectando
la estructura porque unas 70 toneladas de candados colgaba de la
estructura, lo que obligó a la alcaldía a tomar medidas retirando los
candados para vender los metales y con los recursos destinar los
recursos a la ayuda de refugiados.
DIARIO LIBRE
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