Madrid. No es pavoneo ni pose. Para Cristiano
Ronaldo, ser el mejor futbolista del mundo es una estrategia y una
actitud vital que le ha ayudado a llegar donde está. Pese a ello, el
portugués ha reconocido a Efe que tiene un punto débil- “No sé perder,
me cabreo mucho.
Grito, digo tonterías y luego lo lamento”. El tres veces ganador
del Balón de Oro y ya máximo goleador de la historia del Real Madrid ha
accedido a hablar de sí mismo con un reducido número de periodistas
internacionales, entre ellos una de Efe, con motivo del estreno del
documental “Ronaldo”, producido por Universal y los autores de ‘Amy’ y
‘Senna’, que se estrena el 9 de noviembre.
Después de más de una hora de espera en una sala en la sexta planta
del hotel Eurostars de Madrid, Ronaldo entra sonriente y saludando en
español, con su habitual aspecto inmaculado. Viene de entrenar en la
ciudad deportiva y viste vaqueros, deportivas y una camisa azul ceñida.
“Conoce al hombre detrás del mito” es la frase con la que se
promociona la película, aunque en realidad solo permite atisbar a un
Ronaldo sacrificado, familiar y bastante solitario. Sobre sus relaciones
de pareja -el rodaje coincidió con el proceso de ruptura con la modelo
Irina Shayk-, ni una palabra. “Mi padre también era una persona
solitaria. Puede ser algo familiar, no sé. Pero no significa que no
tenga amigos, por supuesto que los tengo, pero mis amigos de verdad son
cuatro o cinco.
Eso es lo normal para mí y me gusta que sea así”, explica. Bajo la
dirección de Anthony Wonke, las cámaras siguen al astro del fútbol a lo
largo de un año, desde que recoge su segundo Balón de Oro en enero de
2014 -después de tres años seguidos relegado por Messi- hasta que repite
la gesta un año después.
En el camino, momentos de gloria, como el cuarto gol de la victoria
que marcó en mayo de 2014 en Lisboa, en la final de la Champions League,
y reveses como la derrota con la selección portuguesa frente a Alemania
en el Mundial, filmada desde los rostros de decepción de sus
allegados. La película hace hincapié en el sacrificio, la resistencia
al dolor y la fuerza de voluntad que implica ser CR7 y abre una ventana a
su vida cotidiana e íntima, más allá del lujo y la sofisticación que se
presupone en uno de los hombres más admirados del planeta.
Aunque también esa abundancia queda en evidencia en momentos
puntuales, como cuando el futbolista debe elegir cada mañana con cual de
sus carísimos deportivos llevará a su hijo al colegio.
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