Los agricultores de distintos países de la Unión Europea (UE) llevan semanas manifestándose para llamar la atención sobre la crisis que atraviesan, sobre todo en el caso de los pequeños productores, y exigen cambios en las políticas nacionales y europeas.
El año comenzó con fuertes movilizaciones en Alemania,
donde el Gobierno accedió a mantener algunos subsidios para el sector,
aunque poco después el foco de los protestas se ha trasladado a Francia, con importantes bloqueos en ciudades y carreteras, hasta extenderse a otros países.
Si ya en 2023 los agricultores de Países Bajos
estallaron contra la obligación de reducir las emisiones de nitrógeno y
los del Este de Europa pidieron blindarse contra el cereal ucraniano,
esta vez existe un malestar generalizado por los requisitos de la nueva
Política Agraria Común (PAC) y los precios bajos en origen.
Motivos de las protestas de los agricultores en Europa
Las
mayores cargas administrativas, la imposición de determinadas medidas
ambientales y las importaciones de terceros países que no cumplen las
normas de producción europeas son otros de los motivos que han sacado a
la calle a los tractores en Bélgica, España, Portugal o Italia.
En
declaraciones a Efeagro, el catedrático de Economía Agraria de la
Politécnica de Valencia (UPV), José María García Álvarez-Coque, explica
que a los pequeños y medianos agricultores, en especial aquellos que no están organizados en cooperativas, “se les hace muy complicado” afrontar los mayores costes de producción y, al mismo tiempo, cumplir con las normas ambientales.
“Son crisis recurrentes de la pequeña agricultura”, sostiene el experto, que recuerda las manifestaciones de los productores españoles antes de la pandemia.
Radiografía del sector agrícola en la UE
Según datos preliminares de Eurostat, la productividad del trabajo agrícola disminuyó el 6,6 % anual en 2023,
tras haber crecido entre 2019 y 2022, debido a una caída del 7,9 % del
valor real de los ingresos generados por la actividad agraria y una
reducción adicional del 1,4 % en el volumen de mano de obra agrícola.
Solo siete Estados registraron tasas positivas de productividad,
liderados por Bélgica (+31 %) y España (+11,1 %), debido a los menores
precios de los fertilizantes (-23 %) e insumos y al aumento de los
precios de los productos en los que estos países están especializados,
como el aceite de oliva (+54 %), la patata (+23 %) o el porcino (+22 %).
Frente
a los fuertes incrementos de 2021 y 2022, los precios agrícolas en
origen se elevaron el 2 % anual en la UE, mientras que los insumos
(bienes y servicios necesarios para la producción) se abarataron el 5 %.
La renta agraria media de la UE en 2023
Pese a la desaceleración del último año, la renta agraria media de la UE fue en 2023 un 10,1 % superior a la de 2015,
periodo en el que la mano de obra agrícola se contrajo un 18,2 %, por
lo que la renta final se repartió entre una cantidad menor de ocupados.
García
Álvarez-Coque resalta que, a nivel europeo, hay una “concentración de
una parte de la agricultura y una atomización de la otra parte, que se
va quedando marginada”.
![](https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2024/02/agricultores-protestas-europa.jpg?x14910)
Según
un informe de la Comisión Europea, en 2021 la media de ingresos
agrícolas por trabajador en la UE era de 28.800 euros, tras subir en la
última década por un crecimiento más rápido del valor de la producción
frente al aumento de los costes y por la caída del número de empleados.
Los mayores ingresos por trabajador
se encuentran en las regiones del norte y el oeste de la UE, en línea
con su nivel de vida más elevado, y si se analiza la actividad en
función del tamaño de las explotaciones, las más grandes son las más
productivas.
Comercio y apoyo político
Ante
la polémica por el rechazo en Francia a los productos agrícolas
españoles, el catedrático de la UPV recuerda que la entrada de España en
el mercado único ya motivó en la década de 1980 incidentes fronterizos
que afectaron al transporte de las mercancías, más baratas que las
francesas pero sujetas a las mismas normas.
Los salarios más
bajos en origen explican en parte la mayor competitividad de los
productos de determinados países europeos, una situación que se repite
fuera de la UE.
Con la progresiva apertura comercial del bloque comunitario, con un superávit de comercio agroalimentario de
58.000 millones de euros entre enero y octubre de 2023, el experto
reconoce que “determinadas exigencias a los productores europeos no se
están pidiendo o no se pueden exigir de la misma manera a los de otros
países ante las posibles reclamaciones en la Organización Mundial del
Comercio”.
“No se puede entrar en los procesos de producción de
otro país; esa competencia de la legislación laboral pertenece a los
países y no es sencillo poner aranceles por ese tipo de razones”, afirma
el experto sobre ese aspecto de la globalización.
Recuperación de la pandemia y guerra en Ucrania
En cuanto a la influencia del Pacto Verde Europeo
en la nueva PAC, García Álvarez-Coque considera que esa política se
diseñó en un clima de “optimismo” que se ha visto ensombrecido por el
posterior encarecimiento de los costes de producción a raíz de la
recuperación de la pandemia y la guerra en Ucrania.
A esto se
suma que actualmente existen dos maneras enfrentadas de ver Europa,
según el catedrático, para quien la crisis de los pequeños agricultores
supone “un terreno fértil para que surjan los movimientos antisistema y
contrarios a la UE”.
En su opinión, tiene que haber “más
simpatía” de las instituciones a todos los niveles hacia los productores
agrícolas, a quienes no se está apoyando lo suficiente en la
investigación y la transferencia de tecnología.
García
Álvarez-Coque se muestra partidario de “ser selectivo” en el reparto de
ayudas y apoyar a aquellas explotaciones de tamaño medio que van a ser
viables para que ganen en competitividad, con políticas “más justas”,
transparencia en el mercado y un refuerzo de los seguros agrarios frente
al cambio climático.
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