La alianza OPEP+, liderada por Arabia Saudí y Rusia,
decidió este miércoles en Viena reducir su bombeo en 2 millones de
barriles diarios (mbd), lo que supone el mayor recorte de la oferta
petrolera desde mayo de 2020.
Así lo anunció a la prensa el viceministro de Petróleo de Irán, Amir Hossein Zamaninia, al término de una conferencia ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus diez naciones productoras aliadas, entre ellas Rusia, México y Kazajistán.
Además,
los ministros participantes acordaron extender un año más su
cooperación, con lo cual la citada alianza, forjada en 2016 para hacer
frente a la caída de los "petroprecios" causada por el auge de esquisto
en EEUU, se mantendrá al menos hasta fines de 2023.
En su
declaración final, los ministros explican que han acordado "ajustar a la
baja la producción global en 2 mbd (...) a partir de noviembre de
2022".
El recorte de producción pactado hoy es el más voluminoso
desde el de casi 10 mbd que el grupo puso en marcha en mayo de 2020 para
compensar el desplome de la demanda energética desencadenada por la
crisis del coronavirus.
Es cerca del doble del que se esperaba
hasta ayer, martes, en los mercados internacionales, ya que varios
delegados habían filtrado a la prensa que negociaban una reducción de
algo más de un millón de barriles diarios, lo cual ya ha impulsado un
considerable alza en los precios del crudo.
No obstante, es de
esperar que la reducción real sea menor que la oficial, ya que las
extracciones de la mayoría de los productores del grupo llevan meses
quedando muy por debajo de la cuota nacional establecida a pesar de que
bombean al máximo de su capacidad técnica.
Hace un mes, la
alianza fijó en 43.85 millones de barriles diarios (mbd) el tope de la
producción conjunta (no incluye a los miembros de la OPEP Venezuela, Irán y Libia), pero se estima que actualmente están produciendo entre 3.5 y 5 mbd por debajo de ese nivel.
Aún
cuando el recorte real vaya a ser al final menor que el anunciado, la
medida adoptada hoy supone un claro "no" a las naciones occidentales que
vienen desde hace tiempo pidiendo a la OPEP que abra los grifos para abaratar los combustibles y la energía, y frenar así la inflación.
CREDITOS A DIARIO LIBRE
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