La economía global se acerca un poco más a la recesión,
en la que caerán varios países desarrollados en 2023, advirtió este
martes el Fondo Monetario Internacional, preocupado por la inflación y el impacto de la guerra en Ucrania.
El FMI
mantuvo la previsión de crecimiento para 2022 en 3,2%, un porcentaje
que ya cambió en tres ocasiones este año, pero bajó por cuarta vez sus
expectativas para 2023, ahora de 2,7% (0,2 puntos porcentuales menos que
lo pronosticado en julio).
Se trata del crecimiento "más débil
desde 2001, con la excepción de la crisis financiera mundial y la fase
aguda de la pandemia de covid-19, y refleja una desaceleración
significativa de las economías más grandes", Estados Unidos, Europa y
China, por diferentes razones, especifica la institución.
Porque
la economía global, que se recuperaba lentamente de los efectos de la
pandemia y afrontaba problemas logísticos en muchos sectores, tiene que
lidiar con shocks en cadena.
"Nuestro informe subraya que
existe un 25% de posibilidades de que el crecimiento global caiga por
debajo del 2% el año que viene, un mínimo históricamente bajo que se ha
visto solo cinco veces desde 1970 en el mundo", explicó el economista
jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en rueda de prensa en la sede de la institución en Washington.
"Los
impactos de este año reabrirán las heridas económicas que solo se
curaron parcialmente después de la pandemia", añade en un blog que
acompaña a las perspectivas.
Más de un tercio de la economía
mundial se encamina a una contracción el próximo año, y las tres
principales economías (Estados Unidos, la Unión Europea y China)
seguirán estancadas, advirtió. "Lo peor está por venir y muchas personas
percibirán 2023 como una recesión", dijo Gourinchas.
La principal dificultad es la inflación,
que afecta a las economías desarrolladas pero todavía más a los países
emergentes y en desarrollo, en los que alcanzará un promedio de 8,8% a
finales de año (+0,5 pp respecto a las previsiones de julio).
La
desaceleración afecta a los países más ricos, empezando por Estados
Unidos, que sólo crecerá 1,6 % en 2022, frente al 2,3 % previsto en
julio. Y 2023 podría ser más difícil todavía con un 1%.
La
situación no es mejor en la zona euro pese a que el crecimiento será de
3,1% en 2022, mejor de lo esperado en julio (+0,5 pp). Y es que en 2023
rozará la recesión, con un crecimiento del 0,5% (-0,7 pp respecto a las previsiones de julio).
Y para algunos Estados miembros, como Alemania e Italia, la recesión
parece inevitable (-0,3% y -0,2% respectivamente), mientras que Francia
se libra por poco, con un crecimiento del 0,7%, al igual que el Reino
Unido, excluido de la UE, con un 0,3%. Mejor suerte corre España, que
crecerá 1,2%.
- Países emergentes -
Para
China, la segunda economía mundial, 2022 será su peor año en más de
cuatro décadas con la excepción del embate de la pandemia en 2020, con
un crecimiento previsto de solo 3,2%, que subirá en 2023 a 4,4%.
Se
debe a los continuos confinamientos provocados por la política de
tolerancia cero frente al covid-19 en varias ciudades, incluido el eje
económico, Shanghái. Pese a este contexto global sombrío, algunas
regiones mejoran.
Es el caso de Rusia, cuya economía soporta el
peso de las sanciones que le impusieron sobre todo Estados Unidos y la
Unión Europea por haber invadido Ucrania. Este año experimentará una
contracción del 3,4% (mejor que la prevista).
Rusia será, sin embargo, la única economía del G20, que se reunirá el miércoles en Washington, que sufra una recesión este año.
También
mejoran las previsiones para América Latina y el Caribe, con un
crecimiento del 3,5% (+0,5 pp) debido a una actividad más fuerte de lo
esperado en el primer semestre, aunque bajan para 2023 a 1,7% a medida
que "se debilita el crecimiento en países socios, las condiciones
financieras se endurecen y los precios de las materias primas se
moderan".
Brasil y México, primera y segunda economía regionales
respectivamente, crecen menos de la media regional pero salen bien
paradas en comparación con otras naciones emergentes.
Para Brasil, en plena campaña para el balotaje presidencial del 30 de octubre, el FMI vaticina un crecimiento de 2,8% para 2022 (+1,1 pp respecto a la previsión de julio) y de 1% en 2023 (-0,1 pp).
La proyección para México, en tanto, es de 2,1% este año (-0,3 pp) y de 1,2% el que viene (sin cambios).
A
nivel global el futuro sigue siendo incierto y las previsiones, sobre
todo para 2023, sólo son válidas si "las expectativas de inflación a largo plazo se mantienen estables" y el endurecimiento de las políticas monetarias "no induce a una recesión generalizada y ajustes desordenados en los mercados financieros globales".
El efecto de 2022 se sentirá a largo plazo, como dijo el jueves la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva: "Para 2026, esto representará una pérdida de 4 billones de dólares para la economía mundial".
Lo único positivo de un informe que rezuma preocupación es la previsión de que la inflación
irá cayendo a partir de finales de este año hasta situarse en el último
trimestre de 2023 a un nivel comparable al de 2021 (4,7%).
CREDITOS A DIARIO LIBRE
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