El 47 % de la Unión Europea se encuentra en una "situación preocupante" y el 17 % en "alerta" por la peor sequía
que ha conocido el territorio de la UE en los últimos 500 años, según
datos publicados hoy por el Centro Común de Investigación (JRC) de la
Comisión Europea.
"El 47% de la UE sigue en situación preocupante, lo que significa que
las precipitaciones han sido menores de lo habitual y la humedad del
suelo es deficitaria, y el 17 % de la UE está en alerta", señaló en un
comunicado el Ejecutivo comunitario.
En total, el 64 % de Europa "se encuentra en situación de advertencia o
alerta", lo que extiende las zonas de peligro de incendio en toda la
UE", agregó la Comisión, que prevé que "en la región euromediterránea
occidental se den condiciones más cálidas y secas de lo habitual en los
próximos meses, hasta noviembre de 2022".
Según los expertos del Centro Común de Investigación, la actual sequía
"parece ser la peor desde al menos 500 años", si bien los datos
preliminares deberán consolidarse al final de la temporada veraniega en
el hemisferio norte.
El estrés hídrico y el calor, agrega el Ejecutivo
comunitario, empeoran "significativamente las perspectivas negativas
anteriores sobre los rendimientos de los cultivos de verano" y afecta
también a la generación hidroeléctrica y a los sistemas de refrigeración
de otras centrales y al transporte fluvial.
El informe de agosto del JRC señala que el agua almacenada en los embalses en España se sitúa "en torno al 58 % de la media de una década para el periodo, mientras que algunas regiones del sur (por ejemplo, Andalucía y Extremadura) se estima que están en torno al 30 % de los niveles medios de 10 años", lo que hace que las condiciones sean también "extremadamente favorables para los incendios forestales".
El riesgo de incendios forestales "es de alto a extremo en la mayor parte" de Portugal, donde la energía hidroeléctrica almacenada en los embalses es menos de la mitad de la media de los cinco años anteriores y alrededor del 25 % de los embalses podrían no satisfacer las necesidades de riego, agrega esa agencia comunitaria.
En Países Bajos, por ejemplo, la falta de agua ha afectado a la navegación comercial, la estabilidad de los diques, y los problemas de intrusión del agua de mar, además de obligar a reducir "la carga de los barcos afecta al transporte de carbón y petróleo".
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