Las transformaciones tecnológicas ponen al servicio de la población una diversidad de sistemas informáticos útiles para automatizar y agilizar procesos administrativos y productivos, pero también son una amenaza a la privacidad de los ciudadanos, a los que exponen a delitos e incluso a daños físicos.
En República Dominicana, que se erige en la región como un país vanguardista en términos de telecomunicaciones y desarrollo tecnológico, viene tomando auge el uso de sistema de reconocimiento facial y de voz como mecanismo de acceso a servicios o como parte del sistema de registro y seguridad nacional. Sin embargo, escasean las regulaciones en torno al uso de los datos privados de los ciudadanos.
Actualmente, instituciones financieras piden a las personas identificarse con mensajes de voz. Una promoción de una telefónica apela a la supuesta ventaja de registrar el rostro del usuario para introducir al mercado su innovación de validación biométrica facial.
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