El Tribunal Supremo estadounidense derribó este lunes una ley que
habría minimizado el acceso al aborto en Luisiana, en un duro golpe a la
campaña de múltiples estados conservadores del país para restringir al
máximo ese procedimiento médico que es legal en EE.UU. desde hace casi
medio siglo.
La decisión fue la primera relacionada con el aborto
en el Supremo desde que se sumaron a la corte dos jueces conservadores
que el presidente estadounidense Donald Trump seleccionó en buena parte
debido a su oposición a ese derecho reproductivo, Neil Gorsuch y Brett
Kavanaugh.
Aunque ambos votaron a favor de la ley de Luisiana, se
quedaron en minoría porque el presidente del Supremo, el magistrado de
tendencia conservadora John Roberts, se sumó a los cuatro jueces
progresistas para declarar inválida esa legislación, que habría obligado
a cerrar a dos de las tres clínicas del estado.