POR EL NUEVO DIARIO
SANTO DOMINGO.- La Cuarta Sala Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional acogió la acción de amparo presentada por María Cristina Echeverri Díaz, Jean Edouard Conille Darbouze y la empresa Goldman Properties, S.R.L., ordenando la devolución inmediata de los bienes que les habían sido incautados hace seis años.
La sentencia, dictada el 3 de enero de este año 2025, pone fin a un largo proceso judicial marcado por acusaciones infundadas y la vulneración de derechos fundamentales.
La familia Conille y la razón social Goldman Properties habían sido despojadas de su hogar, vehículos y otros bienes personales en 2019, tras un proceso iniciado por el entonces procurador Jean Alain Rodríguez. Las acusaciones de trata de personas y lavado de activos nunca fueron probadas, y aunque un auto de no ha lugar fue dictado en 2020, el Ministerio Público se negó a devolver los bienes incautados.
El tribunal, al analizar el caso, concluyó que los derechos fundamentales de los demandantes fueron vulnerados, ordenando no solo la restitución de los bienes, sino también el retiro de cualquier registro o antecedente penal relacionado con ellos.
La Procuraduría General de la República tiene un plazo de 10 días, a partir de la notificación de la sentencia, para devolver los bienes, que incluyen propiedades inmobiliarias, vehículos y pertenencias personales.
Además, el tribunal impuso una multa diaria de RD$20,000 por cada día de retraso en el cumplimiento de la orden, así como la obligación de eliminar cualquier registro fotográfico o electrónico relacionado con los acusados.
La decisión ha sido recibida como un triunfo de la justicia y la dignidad para la familia Conille, que tras seis años de sufrimiento e injusticia, finalmente ve restablecidos sus derechos y su nombre.
Este fallo se presenta como un mensaje claro sobre la necesidad de proteger los derechos humanos y la propiedad, y subraya la importancia de la justicia pronta y efectiva en casos de abuso institucional.
Entre lágrimas y con una voz quebrada por el dolor, Jean Edouard Conille Darbouze y María Cristina Echeverri Díaz celebraron y calificaron la declaración como una victoria que parecía inalcanzable.
No soy un delincuente, soy un empresario reconocido internacionalmente. Soy victima de un caso armada. Perdí todo: mi salud, mi hogar, mi paz. Tuve un derrame cerebral y me diagnosticaron un tumor. No pude costear mi tratamiento porque mis recursos estaban congelados. ¡Todo esto por algo que nunca hice!”, exclamó Conille Darbouze ante el juez, con una mirada cargada de dignidad y desesperación.
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