PUERTO PRÍNCIPE.— El primer ministro haitiano, Ariel Henry, instó a la calma en un discurso público la madrugada del jueves tras tres días de violentas protestas que han paralizado el país exigiendo su renuncia.
El breve discurso hizo poco para apaciguar a miles de personas enojadas y frustradas por la implacable violencia de las pandillas, la profundización de la pobreza y la falta de elecciones generales a la vista.
«Creo que ha llegado el momento de que todos nos unamos para salvar a Haití, para hacer las cosas de otra manera en nuestro país», dijo Henry sin ofrecer detalles.
Instó a los haitianos a no considerar al gobierno ni a la Policía Nacional de Haití como sus adversarios. Quienes optan por la violencia, la destrucción y el asesinato de personas para tomar el poder “no trabajan en interés del pueblo haitiano”, afirmó.
Sus comentarios se producen mientras miles de haitianos se reunieron diariamente esta semana en ciudades y pueblos de todo el país para exigir que Henry renuncie, diciendo que seguirán protestando hasta que él se vaya.
La legislatura de Haití está actualmente vacía, después de que los mandatos de sus últimos 10 senadores expiraran en enero de 2023. El país no pudo celebrar las elecciones previstas en 2019 y 2023, y Henry asumió el poder con el apoyo de la comunidad internacional tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
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