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Paranoia social: un efecto de inseguridad ciudadana


 

La inseguridad ciudadana, que se expresa en robos, asaltos, homicidios y sicariatos propios de niveles de delincuencia desafiantes y desbordados, generan en la población una paranoia social, un miedo colectivo que rompe con los patrones de conducta de los dominicanos vinculados a la empatía, la solidaridad, el altruismo y el humanismo, afirmó con preocupación el psiquiatra José Miguel Gómez.

El especialista hace el planteamiento para advertir además sobre el impacto que generan esas situaciones en la salud mental de los ciudadanos, ya que están sometidos a un estrés permanente, sobre todo los que han sido víctimas de acciones delictivas.

“El dominicano, producto de esa inseguridad ciudadana, ha cambiado sus hábitos, su estilo de vida, hoy en día tenemos una ciudadanía con paranoia social, la gente se siente temerosa de ser atacada, y por esa desconfianza se vuelve distante de los otros.

“Esa paranoia social que afecta a los ciudadanos ha provocado una ruptura con el altruismo, la solidaridad, el gregarismo. Hoy nadie te quiere dar una dirección, nadie te acompaña a cambiar una goma de un carro, nadie se quiere parar en un semáforo después de las diez de la noche”.

El escenario que describe el doctor Gómez no es más que el terror a salir y ser asaltado por delincuentes encapuchados que recorren las calles en motocicletas en busca de víctimas, o que aprovechan la oscuridad de la noche para penetra a viviendas, por más seguras que estén.

En ese sentido expresó que de ese miedo no están exentos los segmentos más ricos de la población o los de clase media alta, porque los delincuentes penetran inclusive en las torres casi amuralladas.

Desde la perspectiva de la salud mental el especialista considera que la inseguridad, junto a otras manifestaciones de violencia generadas en las relaciones interpersonales, son una peligrosa mezcla en la construcción de un modelo de sociedad violenta que está vigente.

No bastan las medidas represivas contra delitos

Para el Gobierno del presidente Luis Abinader enfrentar la delincuencia ha sido una de sus principales prioridades, para lo cual ha acometido varias iniciativas que, en la percepción de la población, no han sido efectivas.

La semana pasada inició un novedoso plan piloto, en el Distrito Nacional, demarcación donde se aplicará una vigilancia por cuadrantes, con un aumento de los agentes policiales que vigilarán en varios turnos.

En ese contexto, y tomando en cuenta los factores de desigualdad social que están detrás de la delincuencia, Gómez expresó que no bastan las medidas represivas si no se toman en cuenta las necesidades de los segmentos más vulnerables de la población.

“Desde hace décadas han fracasado las políticas públicas en materia de seguridad porque porque se han movido hacia las consecuencias, no hacia las causas.

“Y el segundo elemento de fracaso es que no se ha involucrado a la sociedad civil en las alternativas y salidas de los programas para dar una respuesta a la inseguridad ciudadana”.

A juicio de Gómez no se reducen los indicadores de violencia y de delincuencia si no se activan políticas de inversión social.

“En un sector donde hay indicadores de violencia no se desmonta el sistema de creencias, los hábitos, la cultura ni los roles porque se aumente la presencia policial.

“Si no se activan políticas de inversión social no se lograrán resultados, pero también hay que involucrar a la gente a los cambios, porque son ellos los que están en esa realidad, en ese entorno de exclusiones”, refirió Gómez.

Una cultura de violencia enraizada en la sociedad que debe ser desmontada

Sistema de creencias

Al doctor José Miguel Gómez le preocupa, como trabajador de la salud mental, que en el país se haya enraizado una cultura de violencia con secuelas negativas. “Eso ocurre cuando una sociedad activa un sistema de creencias, distorsionado y limitante, en el que cuando tengo una diferencia, una adversidad, una situación para la que no tengo una respuesta adecuada, inteligente, la medio a través de la violencia.

“Esa intolerancia se expresa en homicidios por un parqueo, por un choque leve entre vehículos, por un lugar en una fila, en un juego de dominó, por una deuda de cien pesos, por un conflicto de una herencia. Todas esas situaciones, que son disparadores de violencia social, se deben dirimir a través de la cultura de los buenos tratos, del entendimiento”.

Algunas causas de la violencia

El doctor Gómez explica que para entender cómo se fue forjando la cultura de la violencia en la sociedad dominicana no se pueden obviar factores socioeconómicos e históricas desigualdades que generan frustración en determinados segmentos.

En ese sentido expresó que “Hemos llegado a esa violencia social, a esa intolerancia, por diferentes indicadores. Uno por el estrés agudo, otro por las diferencias económicas y sociales, en el país los estresores psicosociales han aumentado, que son aquellas situaciones en que la gente espera soluciones y alcanzar un desarrollo social, y no lo logra”.

A juicio del psiquiatra, cuando la gente no tiene resuelto el problema de la alimentación, la salud, la vivienda, acceso a agua potable, energía eléctrica, transporte organizado, al ahorro, a la calidez y calidad de vida, cae en una situación de estrés, angustia, insatisfacción, desesperanza aprendida y desmoralización.

“Hay mucha gente que se siente desmoralizada, en desesperanza e insatisfecha. Entonces, toda esa acumulación de estresores psicosociales es lo que lleva a que la gente se convierta en ser conductualmente intolerante, a la defensiva, irritable, nerviosa, ansiosa”, expresó el doctor Gómez.

 

 

 

CREDITOS A HOY 

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