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La vacunación marcó un antes y un después del Covid-19 en República Dominicana


 

Las fiestas navideñas de 2020 trajeron consigo una segunda ola de coronavirus en República Dominicana. El mundo inició el año 2021 aferrado a la esperanza de recibir una vacuna en medio de un sistema sanitario colapsado por el alto volumen de hospitalizaciones.

La preocupación era buscar urgentemente dosis para el personal de salud y activar la economía de un país que permanecía en Estado de Emergencia con toque de queda de hasta las 5:00 P.M. y los fines de semana hasta el mediodía, con libre tránsito de dos horas.

Enero marcó un récord de 2,043 nuevos casos en un solo día con una positividad diaria en 34.88%, la cantidad más alta registrada hasta el momento y el anuncio de la llegada de 300 mil pruebas antigénicas provenientes de Corea del Sur, así como la firma de un acuerdo con Pfizer por 7.9 millones de dosis.

El 15 de febrero arribaron al país 110 mil dosis de vacunas Covishield, procedentes de Madrid, y el día 16 se inició el Plan Nacional de Vacunación “Vacúnate RD”, inoculando a 362 miembros del personal médico en el hospital Ramón de Lara.

Este plan contempló inmunizar a 7.8 millones de personas entre febrero y diciembre de este año, dividido en tres fases, iniciando con los médicos y adultos mayores de 60 años con comorbilidades.

Los internamientos por Covid desbordaron los hospitales y unidades de cuidados intensivos y se presentó un impasse por la negativa de las Aseguradoras de Riesgo de Salud de ofrecer cobertura total en internamientos por coronavirus. Los maestros empezaron a recibir sus vacunas.

Llega el mes de marzo y con él un nuevo ministro de Salud.

El decreto 132-21, del 1 de marzo, designó al doctor Daniel Rivera como el nuevo incumbente, en sustitución del doctor Plutarco Arias, destituido de sus funciones el 26 de febrero, luego de que se diera a conocer una licitación para la compra de jeringuillas que serían utilizadas en el Plan Nacional de Vacunación, la cual supuestamente tenía precios adulterados.

En este mes se recibió desde Pekín un millón de vacunas Sinovac y 50 mil Sinopharm, a un costo unitario de 19 dólares. Se empezaron a agendar las citas para la colocación de la segunda dosis de los grupos vulnerables.

En abril, el gobierno recibió la primera partida de vacunas gracias al mecanismo Covax con 91,200 dosis de AstraZeneca. Continuaron llegando más vacunas de China, alcanzando los 2.4 millones de dosis recibidas.

En el mes de mayo se amplió la vacunación para todos los ciudadanos mayores de 18 años en más de 500 puestos en todo el país. La positividad del virus aumentó pero bajó la letalidad a 0.54%.

Aunque se confirmó meses más tarde, ya en junio la variante delta circulaba en el país. El 45% de las camas Covid estaban ocupadas y las camas UCI en un 69%.

Se comienza a armar el esquema sobre la colocación de una tercera dosis de refuerzo y el día 12 se inicia el plan de vacunación con Pfizer en adolescentes de 12 a 17 años, luego de recibir un lote el día anterior con 228,150 dosis. A estas alturas, ya República Dominicana era el tercer país en América Latina con más dosis aplicadas por cada 100 habitantes.

En julio se anuncia la eliminación del toque de queda en las provincias que alcanzaran el 70% de vacunación con dos dosis, se empieza a colocar oficialmente el booster de refuerzo y se confirma la presencia de variantes alpha y gamma en el territorio nacional. Se alcanza la cifra de 10 millones de dosis aplicadas.

En agosto empieza la desocupación de centros Covid que habían sido colocados en hospitales extendidos. La positividad pasó de 9.50% a 5.99%.

La preocupación por un rebrote debido al inicio del año escolar fue tema de preocupación al llegar el noveno mes. El 98% de los maestros ya tenían su esquema completo de dos dosis.

A mediados de mes empezaron a disminuir los asistentes a los puestos de vacunación. Se puso sobre el tapete la posibilidad de inocular a niños de 5 a 11 años y se incluyó el medicamente Regen-Cov dentro de las estrategias para evitar agravamientos en pacientes internos por Covid, a un costo de RD$85 millones.

En octubre se vive una cuarta ola ocasionada por delta, la más corta y menos letal por el gran volumen de vacunados. Se impone la presentación de tarjeta de vacunación para entrar a espacios públicos.

En noviembre vuelve a crecer la incertidumbre tras la diseminación por el mundo de la variante ómicron y un repunte de casos de influenza con síntomas similares al Covid, para concluir en diciembre con la tercera dosis como motor que impulsa los centros de vacunación.

 

CREDITOS A DIARIO LIBRE

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