Si un dominicano se toma una bebida y deposita el envase vacío de plástico, aluminio o compuesto (cartón y polietileno) en una de las seis máquinas llamadas Recybot instaladas en el Metro de Santo Domingo y en el Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA), es probable que ese envase llegue a plantas de reciclajes en otros países, donde son procesadas para ser reutilizadas o convertidas en nuevos productos.
Aunque una parte de esos materiales recolectados se queda en el país, para uso de la industria local, como las latas de aluminio, la otra va a Estados Unidos. En el caso de las botellas plásticas, se destinan a México, para ser usadas por la industria textil, a través de una iniciativa gestionada por Green Love y la empresa Tetra Pak.
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