Con la misma paciencia con que teje muebles de fibras vegetales desde hace 25 años, Mirna Rivera estudia los requisitos que el gobierno de Cuba aplica desde el lunes a quienes busquen fundar empresas privadas, sopesando si le conviene transformar su hasta ahora próspero negocio familiar.
“Sabemos lo de las pequeñas y medianas empresas, pero no tenemos suficiente información para meternos en una empresa”, comenta Mirna, de 49 años, a la AFP.
Tras años de espera que provocaron incredulidad entre los ciudadanos, el gobierno finalmente puso en vigor las leyes del funcionamiento de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), estatales y privadas, así como las de las cooperativas no agropecuarias, detenidas hace cuatro años.
CREDITOS A DIARIO LIBRE
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