La pandemia del coronavirus no ha impedido que feligreses de distintas localidades se trasladen a la Basílica Catedral Nuestra Señora de La Altagracia, a venerar a quien se considera la madre protectora y espiritual del pueblo dominicano.
Las puertas del centro religioso permanecen cerradas para contener la entrada de personas al templo; sin embargo, las autoridades permiten el acceso al lugar en pequeños grupos de cinco y diez individuos para adorar a la virgen.
La actividades que se efectúan en conmemoración a la Virgen de la Altagracia fueron suspendidas por los efectos del coronavirus.
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