Joginder Chaudhary tenía 27 años y era médico. El primero del pueblo de Jhantala en el centro de la India. El hijo mayor que iba a mantener a sus padres en la vejez. Un soñador que quería abrir la primera clínica de su comunidad.
Chaudhary cargaba consigo muchos sueños y esperanzas cuando empezó a trabajar en un hospital de Nueva Delhi, consciente de los riesgos que enfrentaba en momentos en que el coronavirus se propagaba por pueblos y ciudades de la India.
“Cuando empezó la pandemia, nos preocupamos”, dijo su padre Rajendra Chaudhary. “Pero él decía que era su deber, que a lo largo de toda su carrera tendría que lidiar con cosas como esta”.
CREDITOS A DIARIO LIBRE
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