Venecia reclamó el martes su lugar como destino cultural de primera
categoría al inaugurar su Festival de Cine, la primera muestra
presencial de la era del coronavirus después que Cannes canceló la suya y
otros optaron por versiones online.
Pero la 77ma edición del festival de cine más antiguo del mundo no se parecerá en absoluto a las anteriores.
El público no tendrá acceso a la alfombra roja.
Las estrellas y filmes de Hollywood brillarán por su ausencia y el uso
de la mascarilla será obligatorio tanto en interiores como al aire libre
en la inauguración el miércoles.
Venecia
y toda la región del Véneto aplicaron cuarentena estricta apenas
apareció el virus en la ciudad de los canales en febrero. A diferencia
de la vecina Lombardía, que fue el epicentro europeo de la pandemia de
COVID-19 el Véneto pudo contener el brote inicial del virus con
cuarentenas locales y testeo amplio.
El jefe de la Biennale, Robert Cicutto, dijo que la decisión
de realizar el festival fue una señal importante del renacimiento de
Venecia y la industria cinematográfica y que la experiencia en el Lido
servirá de “laboratorio” para futuros encuentros culturales.
“Será un experimento sobre el terreno de cómo manejar un evento importante” en la era del coronavirus, dijo.
El festival, que se realizará del 2 al 12 de septiembre,
marca el regreso de Italia a la escena mundial después de ser el primer
país occidental arrasado por el coronavirus. El filme de Tom Cruise
“Mission: Impossible 7”, que se encontraba en Venecia para tres semanas
de rodaje, tuvo que retirarse.
Los invitados al festival no
estarán exentos de las restricciones. Los que arriban de afuera del área
europea Schengen, de fronteras abiertas, recibirán la prueba
diagnóstica al llegar. En todas las proyecciones habrá asientos
reservados y bien separados, y el uso de la mascarilla será obligatorio
en todas partes.
“Sin duda debemos respetar las medidas' contra
el virus, dijo la jefa de cultura de Venecia, Paola Mar. “Cada uno tiene
su responsabilidad personal. Y si todos cumplimos con nuestra tarea,
podemos limitar los daños”.
Pero el espectáculo debe continuar,
dijo, dada la importancia del festival y sus aportes a largo plazo a la
economía veneciana, dependiente casi exclusivamente del turismo.
Las
restricciones de los viajes de Estados Unidos a Europa significan que
las películas de Hollywood, que suelen usar a Venecia como trampolín
hacia otros festivales y el Oscar, estarán ausentes este año.
Esto
significa que no se verá a habitués como George Clooney y Brad Pitt
arribar en vaporetto, no habrá fotos con Lady Gaga, que estrenó aquí “A
Star is Born” (Nace una estrella), ni con Joaquin Phoenix, cuyo “Joker”
(Guasón) ganó el primer premio, el León de Oro, el año pasado para luego
obtener la gloria del Oscar.
Habrá una competencia entre
películas de varios países, pero serán principalmente europeos. El cine
italiano estará bien representado, incluso inaugurará la muestra por
primera vez en varios años con “Lacci”, de Daniele Luchetti, una drama
familiar presentado fuera de competencia.
Se estrenan dos
documentales italianos filmados durante la cuarentena: “Molecules”, de
Andrea Segre, un estudio alucinante de una Venecia vacía y etérea, y
“Fiori, Fiori, Fiori!”, de Luca Guadagnino, sobre el reencuentro con
amigos de la infancia en Sicilia.
El español Pedro Almodóvar
estrena su primera película en inglés, “The Human Voice” (La voz
humana), rodada y montada en las semanas posteriores al fin de la
cuarentena en España. La adaptación de la obra breve homónima de Jean
Cocteau es protagonizada por Tilda Swinton, quien recibirá el León de
Oro a la Trayectoria este año.
Cate Blanchett encabeza el jurado
principal, que incluyó a último momento a Matt Dillon después del retiro
del director rumano Cristi Puiu.
CREDITOS A DIARIO LIBRE.