La negociación para diseñar la futura relación del Reino Unido con la
Unión Europea (UE) llega a partir del martes a la octava ronda oficial
de contactos sin perspectivas de avances relevantes en los principales
obstáculos que la bloquean, especialmente la pesca y los subsidios
estatales.
El primer ministro británico, Boris Johnson, prioriza
la libertad reguladora de Londres tras el Brexit, en lugar de apostar
por mantener una relación lo más cercana posible a la UE desde fuera del
mercado único, como aspiraba su antecesora, Theresa May.
Esa
hoja de ruta ha enturbiado el diálogo entre ambos lados del canal de la
Mancha y amenaza con precipitar una ruptura sin acuerdo a final de año,
que tendría profundas implicaciones en ámbitos como el comercio, los
servicios financieros, el transporte y la cooperación en seguridad.