En medio de peleas y acusaciones partidistas en el Congreso en
Washington, millones de estadounidenses perderán a partir de la próxima
semana la ayuda al desempleo extraordinaria de 600 dólares semanales
aprobada para enfrentar la crisis del coronavirus, que sigue haciendo
estragos en gran parte de EE.UU.
El refuerzo de la ayuda al
desempleo fue pactado dentro del plan de rescate fiscal de finales de
marzo por un valor total de 2.2 billones de dólares, el mayor de la
historia del país, pero que se ha mostrado insuficiente ante la gravedad
de la crisis.
Con el Senado, controlado por los republicanos, ya
en receso el viernes por el fin de semana, las posibilidades de un
acuerdo se esfumaron y lo que resta es la tradicional oleada de
reproches entre republicanos y demócratas.
Estos 600 dólares semanales adicionales se habían convertido en el
salvavidas económico para muchos estadounidenses desde que la llegada de
la pandemia en marzo provocase una ola de despidos masivos.
'El
presidente (Donald Trump) ha sido muy claro con nosotros para que
seamos agresivos y progresivos para asegurar que los desempleados estén
protegidos y sin embargo lo que estamos viendo es los politiqueos
habituales de los demócratas en el Capitolio', afirmó Mark Meadows, jefe
de gabinete en la Casa Blanca, en una rueda de prensa.
Meadows,
junto con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, son los encargados
por el mandatario para liderar las negociaciones con la oposición
demócrata, que controla la Cámara de Representantes.
Trump hoy criticó una vez más a los demócratas: 'Es una desgracia que no quieran negociar'.
CREDITOS A DIARIO LIBRE