El programa de televisión satírico más antiguo de Hong Kong terminó
el viernes, en plena controversia sobre la futura ley de seguridad
nacional, considerada como una amenaza para la libertad de la que goza
el territorio semiautónomo chino.
El final de “Headliner”,
anunciado el 19 de mayo, llega en un momento en que el ejecutivo local
lanzó un proyecto para reformar el grupo audiovisual público RTHK,
acusado por los pro-Pékin de ser demasiado favorable a la oposición
pro-democracia.
Desde hace 31 años, los gags y parodias del
programa, a veces muy críticas con las personalidades públicas, irritan
al gobierno local.
CREDITOS A DIARIO LIBRE