Se conoce como esclerosis múltiple a una
enfermedad crónica e inflamatoria que afecta el sistema nervioso
central; comúnmente aparece en personas de 20 a 30 años y se da casi
tres veces más en mujeres que en hombres. Los síntomas pueden ser
distintos en cada persona, pero los más frecuentes son trastornos
oculares, fatiga, problemas de movilidad, pérdida de equilibrio,
sensación de quemazón en zonas corporales, cambios en el ritmo del habla
y problemas de memoria a corto plazo, entre otros.
Para comprender de mejor manera lo que
sucede en la esclerosis múltiple, es necesario saber cómo funciona el
sistema nervioso central. Una sustancia llamada mielina protege las
fibras nerviosas del sistema nervioso central, lo que ayuda a que los
mensajes viajen rápida y suavemente entre el cerebro y el resto del
cuerpo.
En esta enfermedad, el sistema
inmunológico, que normalmente ayuda a combatir infecciones, confunde la
mielina con un cuerpo extraño y la ataca. Esto la daña las fibras
nerviosas, dejando cicatrices conocidas como lesiones o placas. Es este
daño nervioso el que causa el aumento de la discapacidad que puede darse
con el tiempo.
La esclerosis múltiple más común es la recurrente remitente
que afecta al 85% de los pacientes, quienes suelen sufrir ataques o
recaídas, durante las cuales aparecen nuevos síntomas o los que están se
agravan. Esto puede durar por períodos variables afectando por días o
meses. Otros tipos de la enfermedad son:
• Primaria progresiva: Provoca que los
pacientes experimenten un empeoramiento de la función neurológica desde
la manifestación de los síntomas, sin ningún ciclo precoz de
recidiva/remisión. Afecta al 10% de las personas diagnosticadas con
esclerosis múltiple.
• Secundaria progresiva: El 60-70% de las personas con esclerosis múltiple recurrente remitente llega a desarrollar un empeoramiento progresivo del funcionamiento neurológico a lo largo del tiempo, con o sin evidencia de actividad de la enfermedad.
• Secundaria progresiva: El 60-70% de las personas con esclerosis múltiple recurrente remitente llega a desarrollar un empeoramiento progresivo del funcionamiento neurológico a lo largo del tiempo, con o sin evidencia de actividad de la enfermedad.
Pese
a que se han realizado múltiples estudios sobre la enfermedad,
actualmente no existe una cura, sin embargo, en la empresa de ciencia y
tecnología Merck existen tratamientos disponibles para ayudar a
desacelerar el curso de la enfermedad como lo es Interferon Beta 1-a que
está en el mercado desde hace más de 20 años y está indicado para EM
remitente recurrente; Así mismo, las tabletas Cladribina, para EM
remitente recurrente muy activa, que proveen 4 años de control de la
enfermedad con solo 20 días de tratamiento en los primeros 2 años.