El Programa Mundial de Alimentos (PMA) abrirá tres
corredores alimentarios para ampliar su asistencia ante la crisis que la
COVID-19 está creando en Latinoamérica, donde se espera que el número
de personas en inseguridad alimentaria grave crezca este año en 10
millones.
Un corredor tendrá su base en Honduras para apoyar las necesidades en
Centroamérica, otro en República Dominicana para asistir a Haití y el
suramericano, centrado en ayudar especialmente a migrantes y refugiados
venezolanos, se basará en Colombia, explicó hoy en rueda de prensa la
portavoz del PMA Elisabeth Byrs.
El principal centro regional del PMA en Panamá, que también ha
participado estos meses en la entrega de equipamiento médico contra la
COVID-19 en 25 países americanos, ayudará a coordinar estas actividades.
El programa de Naciones Unidas ya ayuda actualmente con raciones de
alimentos y subsidios a unos 400.000 migrantes en situación de
vulnerabilidad en Colombia y Ecuador, así como a 29.000 familias
afectadas por la crisis del coronavirus en Honduras y otras 3.000 en El
Salvador, entre otras campañas, indicó Byrs.
PMA prevé que debido a la pandemia el número de personas en situación
de inseguridad alimentaria grave en Latinoamérica pase de los 3,4
millones de 2019 a casi 14 millones en 2020. Preocupa especialmente la
situación de comunidades desfavorecidas en
Haití, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, así como los migrantes venezolanos en Colombia, Perú y Ecuador.