WASHINGTON — Celebridades, políticos y deportistas
profesionales enfrentaron críticas esta semana al revelar que se habían
realizado la prueba del coronavirus, aun cuando no tenían fiebre ni
otros síntomas sospechosos.
Eso está alimentando una percepción de que los ricos y famosos han
podido saltarse la fila para someterse al examen mientras otros han sido
rechazados o han enfrentado grandes retrasos.
La preocupación por un trato preferencial subraya una verdad
fundamental sobre la desigualdad del sistema de salud estadounidense:
aquellos con recursos financieros a menudo pueden recibir un nivel de
servicio diferente.
Cuando le preguntaron por este asunto el miércoles, el presidente Donald Trump
dijo que no debía darse prioridad a la gente bien acomodada y con
conexiones. Pero el adinerado exastro de un reality show reconoció que
los ricos y famosos a veces reciben beneficios.
“Quizás esa ha sido la historia de la vida”, dijo Trump durante una
sesión informativa en la Casa Blanca. “Eso sí ocurre en ocasiones. Y he
notado que a algunas personas se les ha hecho la prueba bastante
rápido”.
El miércoles los Nets, el equipo de baloncesto profesional de
Brooklyn en Nueva York, anunció que todos sus miembros se habían hecho
la prueba a su llegada de San Francisco tras un partido contra los
Warriors de Golden State. El equipo consiguió un laboratorio privado
para hacer el trabajo, y el martes anunció que cuatro de sus jugadores
dieron positivo, incluido el astro Kevin Durant.
Aunque no se utilizaron recursos públicos, esto desató la ira de
muchos, incluido el alcalde de Nueva York Bill de Blasio, que expresó su
objeción en Twitter.
“Les deseamos una pronta recuperación”, escribió el alcalde. “Pero,
con todo respeto, un equipo entero de la NBA NO debió hacerse la prueba
del COVID-19 mientras hay pacientes graves esperando hacérsela. Las
pruebas no deben ser para los ricos, sino para los enfermos”.
Como Robin Fraser.
La mujer de 30 años padece fibromialgia y un trastorno autoinmune que
la ponen en alto riesgo de sufrir complicaciones si contrae el virus.
Ha estado con fiebre y tos desde la semana pasada. Su médico le
recomendó que se realizara la prueba en una sala de emergencias, pero
ahí le dijeron que no había pruebas suficientes y que no podrían
hacérsela.
“Eso no es justo”, dijo Fraser, quien vive en Victor, Nueva York, cerca de Rochester.
Fraser ha visto a celebridades y políticos hacerse la prueba, y eso la enfurece.