Pastoral
de la Salud desarrolla la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo
Invita
a la eucaristía de conclusión del evento de carácter global, a ser
celebrada el día 11 de febrero, a las 9:00 a.m., sustentado en el
mensaje del Papa Francisco y sobre
la situación de salud que atraviesa la sociedad dominicana.-
.
En
promedio, 350 órganos eclesiales desplegarán cada día diversas
actividades tendientes a la prevención, educación y curación con
calidad, calidez y humanización en el servicio,
en favor de poblaciones vulnerables residentes en las áreas geográficas
donde inciden las vicarías episcopales territoriales, zonas pastorales,
parroquias, sectores, comunidades y grupos de voluntarios.-
4 de febrero del 2020, Santo Domingo.-
La Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo desarrolla
la XXVII Jornada Mundial del Enfermo, cuya conmemoración culminará con
la celebración de una eucaristía en la Catedral Primada de América, el
día martes 11 de febrero a las 9:00 a.m.
La
conmemoración de la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo en la República
Dominicana, que dio inicio el día 3 de febrero y concluirá el 11,
persigue como objetivos primordiales, implementar acciones de carácter
preventivo, educativo y de promoción para propiciar la conservación del
buen estado de salud; desarrollar actividades curativas en segmentos
sociales frágiles; y contribuir al fortalecimiento
de una cultura de atención sanitaria basada en la calidad, calidez y
humanización del servicio.
En
el país, 358 órganos eclesiales desplegarán cada día diversas acciones
en beneficio de personas de distintas edades residentes en las áreas
geográficas donde inciden las vicarías episcopales territoriales, zonas
pastorales, parroquias, sectores, comunidades y grupos de voluntarios.
Con las palabras pronunciadas por Jesús, tomadas como lema en la actual Jornada, «Vengan a mí los que están cansados y agobiados, y yo os aliviaré»,
el Santo Padre Francisco envía un mensaje a los hombres y mujeres en el
orbe, e invita a reflexionar «¿Por qué Jesucristo nutre estos
sentimientos? Porque él mismo se hizo débil, vivió la experiencia humana
del sufrimiento y recibió a su vez consuelo del Padre.
Efectivamente, sólo quien vive en primera persona esta experiencia sabrá
ser consuelo para otros. Las formas graves de sufrimiento son varias:
enfermedades incurables y crónicas, patologías psíquicas, las que
necesitan rehabilitación o cuidados paliativos,
las diversas discapacidades, las enfermedades de la infancia y de la
vejez… En estas circunstancias, a veces se percibe una carencia de
humanidad y, por eso, resulta necesario personalizar el modo de
acercarse al enfermo, añadiendo al curar el cuidar,
para una recuperación humana integral.»
Entre
los párrafos dirigidos a la humanidad, indica que «En esta condición,
ciertamente, necesitáis un lugar para restableceros. La Iglesia desea
ser cada vez
más —y lo mejor que pueda— la “posada” del Buen Samaritano que es Cristo
(cf. Lc 10,34), es decir, la casa en la que podéis encontrar su
gracia, que se expresa en la familiaridad, en la acogida y en el
consuelo. En esta casa, podréis encontrar personas
que, curadas por la misericordia de Dios en su fragilidad, sabrán
ayudaros a llevar la cruz haciendo de las propias heridas claraboyas a
través de las cuales se pueda mirar el horizonte más allá de la
enfermedad, y recibir luz y aire puro para vuestra vida.»
En
similar orden, el Santo Padre Francisco transmite una petición especial
a los agentes sanitarios en cuanto a que «(…)Cada intervención de
diagnóstico, preventiva,
terapéutica, de investigación, cada tratamiento o rehabilitación se
dirige a la persona enferma, donde el sustantivo “persona” siempre está
antes del adjetivo “enferma”. Por lo tanto, que vuestra acción tenga
constantemente presente la dignidad y la vida de
la persona, sin ceder a actos que lleven a la eutanasia, al suicidio
asistido o a poner fin a la vida, ni siquiera cuando el estado de la
enfermedad sea irreversible.»
El
Pontífice Francisco envía un mensaje consolador a quienes se encuentran
atrapados en contextos de guerra y de conflicto violento, y aquellos
cuyas posibilidades
de acceder a tratamientos de sus afecciones son reducidas.
La
Pastoral de la Salud espera el respaldo de autoridades eclesiásticas y
gubernamentales; representantes del sector salud y farmacéutico,
dirigentes de la
sociedad civil, organizaciones no gubernamentales nacionales y
extranjeras, empresas privadas, voluntarios, feligreses y relacionados
al quehacer de la Pastoral.