Diputados y senadores imponen la tradición de entregarle el cargo a
familiares, al renunciar a la curul, para asumir funciones en el
Gobierno, por enfermedad o por muerte, lo que convierte la
representación legislativa en una herencia que pasa de padre o madre, a
hijos, de esposo a esposa, o viceversa, quitando validez a la escogencia
del congresista por elección popular.
A la vez, dejan a los partidos políticos sin la posibilidad de postular a la Cámara de Diputados o al Senado de la República a sus mejores militantes, aquellos que hacen el trabajo en la base de la organización y que esperan por el relevo dirigencial.
En la Cámara de Diputados es donde más se expresa esta práctica, debido a que está integrada por 190 legisladores, mientras que en el Senado de la República la composición es de apenas 32 congresistas.
Los legisladores se eligen de acuerdo a la Constitución de la República y a la Ley 15-19, del Régimen Electoral, por voto directo para un período de cuatro años. La edad mínima para postularse es de 25 años, y el candidato debe de haber residido en la provincia que lo elija como mínimo en los últimos cinco años previos a las elecciones.Durante el período de la campaña electoral, los partidos deben asumir la responsabilidad de instruir a sus candidatos a cargos congresuales sobre la función de la aprobación de la legislación nacional, en una cámara, luego en la otra, y la posterior promulgación en el Poder Ejecutivo, quien también puede observarla y devolverla al Congreso Nacional.
Sin embargo, dado el relevo legislativo -al estilo heredad- al Congreso Nacional llegan legisladores que pasan los cuatro años sin emitir comentarios sobre los temas que se debaten para aprobar las leyes, sobre tópicos políticos o de interés nacional.
El año pasado hubo dos sustituciones de diputados. La de Elías Serulle, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en mayo pasado, asumida por su esposa, Lourdes Josefina Aybar, a raíz de ser designado embajador dominicano ante Turquía. La de la diputada del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Inés Bryan, fallecida en diciembre pasado y que sucedió su viudo, Juan Carlos Martínez Estrella (Juancho).
A la vez, dejan a los partidos políticos sin la posibilidad de postular a la Cámara de Diputados o al Senado de la República a sus mejores militantes, aquellos que hacen el trabajo en la base de la organización y que esperan por el relevo dirigencial.
En la Cámara de Diputados es donde más se expresa esta práctica, debido a que está integrada por 190 legisladores, mientras que en el Senado de la República la composición es de apenas 32 congresistas.
Los legisladores se eligen de acuerdo a la Constitución de la República y a la Ley 15-19, del Régimen Electoral, por voto directo para un período de cuatro años. La edad mínima para postularse es de 25 años, y el candidato debe de haber residido en la provincia que lo elija como mínimo en los últimos cinco años previos a las elecciones.Durante el período de la campaña electoral, los partidos deben asumir la responsabilidad de instruir a sus candidatos a cargos congresuales sobre la función de la aprobación de la legislación nacional, en una cámara, luego en la otra, y la posterior promulgación en el Poder Ejecutivo, quien también puede observarla y devolverla al Congreso Nacional.
Sin embargo, dado el relevo legislativo -al estilo heredad- al Congreso Nacional llegan legisladores que pasan los cuatro años sin emitir comentarios sobre los temas que se debaten para aprobar las leyes, sobre tópicos políticos o de interés nacional.
El año pasado hubo dos sustituciones de diputados. La de Elías Serulle, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en mayo pasado, asumida por su esposa, Lourdes Josefina Aybar, a raíz de ser designado embajador dominicano ante Turquía. La de la diputada del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Inés Bryan, fallecida en diciembre pasado y que sucedió su viudo, Juan Carlos Martínez Estrella (Juancho).
