El Barcelona cayó el jueves en cuartos de final de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao
culminando una semana negra para el equipo azulgrana, que prefiere ver
la botella medio llena y aprovechar el tropezón para reaccionar.
El gol de Iñaki Williams en el último suspiro del encuentro (90+3) apeó del torneo del KO al Barça, finalista el pasado año y que llevaba nueve años consecutivo alcanzando las semifinales.
El Barcelona, que decía adiós a su segundo título en menos de un mes tras su derrota en semifinales de la Supercopa en enero, dominó el encuentro, pero se mostró fallón en los últimos metros.
"Todo
ha ido bien hoy salvo el resultado y el no continuar (en la Copa).
Estoy bastante satisfecho", relativizaba tras el encuentro el técnico
azulgrana, Quique Setién, cuyo equipo contaba con este partido para
reaccionar tras unos días complicados.
La semana había empezado mal el lunes con la enésima lesión de Ousmane Dembélé, con una rotura del "tendón proximal" del muslo derecho que le tendrá varios meses de baja, pero fue el rifirrafe dialéctico entre el capitán Leo Messi y el secretario técnico, Eric Abidal, lo que hizo saltar todas las alarmas.
Abidal apuntó a los jugadores en la destitución del técnico Ernesto Valverde y
Messi le respondió conminándole a dar nombres y a que la dirección
deportiva también se haga "cargo de las decisiones que toma".