Bogotá.- El mundo está ante una nueva generación de
profundas desigualdades en desarrollo humano, al tiempo que se avanza en
reducir las brechas no resueltas del siglo XX, advierte el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su informe anual que
será presentado este lunes en Bogotá.
“Bajo la sombra de la crisis climática y el profundo cambio
tecnológico, las desigualdades en desarrollo humano están adoptando
nuevas formas en el siglo XXI”, señala el PNUD en su “Informe sobre
Desarrollo Humano 2019”, que considera clave reducir desigualdades que
“están profundamente arraigadas” y han provocado manifestaciones
ciudadanas en distintos países.
El documento, elaborado por un equipo que dirigió el economista
portugués Pedro Conceicao, asegura que, pese a los avances que ha habido
en el mundo en áreas como salud, educación y condiciones de vida, las
necesidades de “muchas personas continúan insatisfechas” y hay una nueva
generación de desigualdades que favorece a los más ricos.
Según el PNUD, “el progreso está dejando de lado a algunas de las
personas más vulnerables, incluso a aquellas que sufren las privaciones
más extremas; de hecho, el mundo no está caminando la senda que
permitiría erradicarlas para 2030, como exigen los Objetivos de
Desarrollo Sostenible”.
Por ello considera necesario “desvincular el poder político del
económico y crear unas condiciones equitativas en la economía”, así como
“seguir trabajando para cerrar las brechas en las privaciones básicas y
construir políticas para combatir la nueva generación de desigualdades
del desarrollo humano, actualmente en aumento”.
DESARROLLO HUMANO
Esas desigualdades se hacen evidentes en la clasificación de 189
países según su Índice de Desarrollo Humano (IDH) -que combina ingresos,
esperanza de vida y educación- y que está encabezada por Noruega con
una puntuación de 0,954 y la cierra Níger con 0,377.
Completan la lista de los diez primeros Suiza (0,946), Irlanda
(0,942), Alemania y Hong Kong, ambos con 0,939; Australia e Islandia
(0,938), Suecia (0,937), Singapur (0,935) y Países Bajos (0,933),
superando a países como Canadá, situado en el puesto 13; Reino Unido y
Estados Unidos, ambos en decimoquinto lugar; Japón (19); España (25) y
Francia (26).
Ligeramente por encima de Níger, el país con el peor IDH del mundo,
en los últimos doce puestos del listado están solo naciones africanas-
Guinea Bissau (0,461), República Democrática del Congo (0,459),
Mozambique (0,446), Sierra Leona (0,438), Burkina Faso y Eritrea (0,434)
y Mali (0,427). Cierran la lista Burundi (0,423), Sudán del Sur
(0,413), Chad (0,401), República Centroafricana (0,381) y Níger (0,377).
LATINOAMÉRICA
Entre los países de América Latina y el Caribe los mejor ubicados son
Chile, en el puesto 42, con un IDH de (0,847), Argentina (48), Barbados
(56), Uruguay (57) y Bahamas (60), que son considerados por el PNUD
como naciones con “desarrollo humano muy alto”, al igual que la mayoría
de los europeos.
Les siguen Panamá (67), Costa Rica (68), Cuba (72), San Cristóbal y
Nieves (73), Antigua y Barbuda (74), México (76), Granada (78), Brasil y
Colombia, empatados en el 79; Perú (82), Ecuador (85), República Dominicana
y Santa Lucía, las dos en el 89, y San Vicente y las Granadinas (94),
que forman parte de los países con “desarrollo humano alto”.
En ese grupo están también Venezuela y Jamaica, que comparten el
lugar 96, así como Dominica, Paraguay y Surinam, en el 98; Belice (103),
Bolivia (114), Guyana (123), El Salvador (124), Guatemala y Nicaragua
igualadas en el puesto 126, y Honduras (132).
El único país de la región latinoamericana que aparece entre los de “desarrollo humano bajo” es Haití, que ocupa el puesto 169 y un IDH de 0,503.
DESIGUALDADES GENERALIZADAS
El informe destaca que en las primeras dos décadas del siglo XXI se
han reducido considerablemente las privaciones extremas pero alerta de
que hay desigualdades que están en “niveles inaceptables” como las
libertades para ir a la escuela, obtener un trabajo o disponer de comida
suficiente. En ese sentido, el 42 % de los adultos que vive en países
con desarrollo humano bajo cuentan con estudios primarios, mientras que
esa cifra es del 94 % en los de desarrollo humano muy alto, lo cual
evidencia las brechas de desigualdad que se replican en todos los
niveles educativos.
En cuanto al acceso a la tecnología, la situación es similar y, por
ejemplo, “los países en desarrollo presentan una tasa de 67
suscripciones de telefonía móvil por cada 100 habitantes, la mitad que
en los países con desarrollo humano muy alto”.
PROPUESTAS El PNUD
Plantea a los países una serie de iniciativas que están relacionadas
con la expansión y la distribución tanto de las capacidades como de los
ingresos con opciones que abarcan “políticas de premercado, en el
mercado y postmercado” laboral.
“Las políticas premercado pueden reducir las disparidades de las
capacidades, ayudando a todas las personas a acceder al mercado laboral
con una mejor preparación”, mientras que las de mercado “pueden servir
para equiparar en mayor o menor medida la situación de los diferentes
grupos”.
En cuanto a las postmercado inciden “en las desigualdades una vez que
el mercado y las políticas que se adoptan en él han determinado la
distribución de ingresos y oportunidades”.
Es por ello que el PNUD considera que el desarrollo humano en el
siglo XXI no se debe descuidar y como ejemplo pone la inacción frente a
la crisis climática que vive el mundo en la actualidad. “Nos estamos
acercando a un precipicio y, si caemos en él, la recuperación puede ser
muy complicada. Tenemos elección, pero hemos de ejercitarla ahora”,
apostilla el organismo.