Los inmigrantes ven con inquietud la decisión del presidente de Estados
Unidos, Donald Trump, de rechazar los permisos de residencia o
ciudadanía para los beneficiarios de programas sociales y alertaron ayer
de que, sobre todo, afectará a los niños, “el futuro” del país.
La noticia fue recibida con preocupación a no muchos kilómetros de la
Casa Blanca, en el popular barrio Columbia Heights, donde reside una
importante comunidad hispana, pero también de personas originarias de
países africanos y de Oriente Medio.
“Los beneficios son para los niños”, dijo a Efe Beltrán, un guatemalteco
que desde hace 14 años reside en Estados Unidos sin papeles, quien
recordó que “con el tiempo esos niños pueden ser el futuro de este
país”. Beltrán indicó que “hay veces que el padre o la madre no tienen
permiso legal” y admitió que por el miedo a que los vayan a buscar a la
casa para ser arrestados los inmigrantes no aplican a programas
sociales.
“No puede uno ir a aplicar a un seguro médico o quizás no puede tener un
beneficio en este país por el miedo”, confesó este hombre, quien señaló
que volver a Guatemala sería “un poco complicado”, porque “no hay
trabajo, no hay empleo, no hay nada”.
También manifestó su preocupación Andrea Coronado, una joven
guatemalteca madre de dos hijos que teme que su proceso migratorio pueda
verse afectado por las recientes decisiones del Gobierno. “Va a ser un
gran impacto para nuestra comunidad latina, más que todo porque él
(Trump) está actuando con mucho racismo. Y en lo personal pienso que nos
va a afectar”, aseguró.
“Este es el país de las oportunidades, que en este momento con el
racismo que ha levantado este presidente, muchas personas pensamos que
no sé si será el mejor país, porque en nuestros países se vive
pobremente, pero (aquí) tienen como una cacería contra nosotros, solo
por ser de diferente raza”, agregó a Efe Coronado. En un supermercado de
Columbia Heights, su mánager, Míriam Ramírez, ve cómo las nuevas
medidas pueden afectar a todos “de muchas formas”. “Baja lo que es la
venta, el negocio; bajan las horas (…) a todos nos afectan -enumeró-.
Sea como sea, porque si nos quitan horas (de trabajo), porque no hay
muchas ventas”. Ramírez estimó que en su local, donde predominan los
productos tradicionales de Centroamérica y México, un 70 % de las ventas
procede de los cupones o estampillas para alimentos, como se conoce
popularmente el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP).