La madre de Alberto Rodríguez Mota, el hombre que
supuestamente pagaría a los atacantes del caso David Ortiz, le pidió a
su hijo que se entregue utilizando a la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos como mediadora con las autoridades.
Lucia Altagracia Mota Núñez dijo que resultó sorprendida cuando se enteró de la acusación que se le hace a su hijo, más aun cuando se le menciona como el hombre que entregaría el dinero. Su sorpresa le viene porque, según dice, ese domingo del disparo a Ortiz ella tuvo que darle 500 pesos a su hijo para echar combustible.
Él tenía que ir a comprarle una medicación y no tenía gasolina en su vehículo, le ha dicho la señora a la Comisión de Derechos Humanos.
La señora, asistida por Manuel María Mercedes, presidente de la Comisión de Derechos Humanos en el país, acudió a la Procuraduría General de la República para ponerse a las órdenes de las autoridades y para lograr “el cese de la persecución de la Policía Nacional”.
Mercedes explicó a Listín Diario que la señora, que roza los 70 años, ha soportado violentos allanamientos de la Policía y que le han retenido durante todo un día como mecanismo de presión para que su hijo se entregue.
Lucia Altagracia Mota Núñez dijo que resultó sorprendida cuando se enteró de la acusación que se le hace a su hijo, más aun cuando se le menciona como el hombre que entregaría el dinero. Su sorpresa le viene porque, según dice, ese domingo del disparo a Ortiz ella tuvo que darle 500 pesos a su hijo para echar combustible.
Él tenía que ir a comprarle una medicación y no tenía gasolina en su vehículo, le ha dicho la señora a la Comisión de Derechos Humanos.
La señora, asistida por Manuel María Mercedes, presidente de la Comisión de Derechos Humanos en el país, acudió a la Procuraduría General de la República para ponerse a las órdenes de las autoridades y para lograr “el cese de la persecución de la Policía Nacional”.
Mercedes explicó a Listín Diario que la señora, que roza los 70 años, ha soportado violentos allanamientos de la Policía y que le han retenido durante todo un día como mecanismo de presión para que su hijo se entregue.
