La justicia brasileña aceptó el pedido de recuperación judicial
realizado por el conglomerado brasileño Odebrecht, envuelto en un
gigantesco escándalo de corrupción que ha salpicado a gobernantes de
diversos países de Latinoamérica, confirmó este martes la empresa.
El juez del primer tribunal de quiebras de Sao Paulo, Joao de Oliveira Rodrigues, aceptó el pedido formulado por ODB, el holding que controla las diferentes empresas del grupo, para evitar la bancarrota.
Se trata del mayor proceso de recuperación judicial de la historia de
Brasil y supera la solicitud realizada por Oi, una de las mayores
compañías de telefonía del país y que se declaró en bancarrota en 2016,
con unas deudas por los 65.000 millones de reales (unos 16.665 millones
de dólares).
Las deudas del holding superan los 98.000 millones de reales (unos
25.192 millones de dólares), aunque del monto total, cerca de 84.000
millones de reales (unos 21.595 millones de dólares) son créditos
concursales y están sujetos a recuperación judicial.
No obstante, ODB aclaró que, de esos 84.000 millones, alrededor de
33.000 millones de reales (8.483 millones de dólares) son deudas
contraídas entre las propias compañías del grupo.
Al acogerse a la ley de quiebras, el holding dejó fuera del perímetro
de recuperación judicial, entre otras, a la petroquímica Braskem, a
Odebrecht Ingeniería y Construcción y a Ocyan, consideradas como “bienes
esenciales” para la supervivencia del grupo.
La administración del conglomerado subrayó en un comunicado que el
pedido de “recuperación judicial se convirtió en la medida más adecuada”
para posibilitar la “conclusión exitosa” de su proceso
de reestructuración financiera ante el “vencimiento de diversas deudas,
la ocurrencia de hechos imprevisibles y los recientes ataques a los
activos de las empresas”.