Seis meses después de los huracanes que devastaron el sureste, las
disputas en Washington han obstruido el avance de un popular paquete de
ayuda para recuperación de desastres que es ansiado por los aliados del
presidente Donald Trump en Florida y Georgia.
La oposición de Trump a ayudar a Puerto Rico —golpeado por un huracán
tras otro en 2017— llevó la situación a un punto muerto, ya que los
demócratas exigen más apoyo para la isla. Trump se ha enfrentado con
funcionarios demócratas puertorriqueños y criticó la ayuda a Puerto Rico
durante un almuerzo privado con senadores republicanos el mes pasado.
Hasta ahora, los republicanos del Senado han apoyado al presidente,
negándose a destinar más financiamiento para ayudar a que Puerto Rico
reconstruya su sistema de aguas o ayudar a su empobrecido gobierno con
términos más generosos para recibir fondos por desastres naturales. Por
su parte, los demócratas obstruyeron un paquete de apoyo de 14,000
millones de dólares la semana pasada por la misma razón y, desde
entonces, la medida se encuentra en la congeladora. “Comúnmente, cuando
suceden este tipo de cosas averiguamos cómo ayudar lo más posible y lo
hacemos con un abrumador apoyo bipartita, y eso es lo que debe hacerse
ahora”, dijo a la prensa el jueves el líder de la mayoría del Senado
Mitch McConnell. “Creo que llegaremos a eso, pero en mi opinión se ha
vuelto demasiado político”.
Ahora, tanto la Cámara de Representantes como el Senado están por
comenzar su receso de Pascua, dejando en el limbo a los productores de
algodón del sur y sin haber logrado suavizar el recorte de cupones para
alimentos en Puerto Rico. “Es una parodia total que esta cámara se vaya a
receso sin llegar a un acuerdo para el muy necesario financiamiento
para ayuda en caso de desastre”, dijo el líder de la minoría del Senado
Chuck Schumer. “Desde el inicio, los demócratas han optado por una
estrategia de sí a todo: ayudar a todas las partes de Estados Unidos que
pasan apuros por los desastres naturales”.