Faltan pocos minutos para las cinco de la mañana y el reloj de María
Valdez suena para levantarse y prepararse para llevar a su madre Amina
Montero al hospital Moscoso Puello desde su hogar en Villa Mella para
consultarla con un doctor y ver como se encuentra el estado de salud de
la mujer que le dio la vida.
Amina es una señora de 72 años con diabetes muy avanzada y dicha
enfermedad le ha generado mucho más complicaciones a su panorama de
salud general y no es capaz de valerse por ella misma.
María llega con su madre alrededor de las 6:00 de la mañana al
hospital para tratar de conseguir uno de los primeros turnos. A pesar de
aue se le indicó que volviera luego de que se realizara varios
análisis, no pudo lograr conseguir una cita para el día de hoy.
“El doctor (del cual quiso reservar el nombre) le indicó unos cuatro o
cinco análisis y que volviera pero aun así no nos dio una cita. Ya mami
no puede estar en estos trotes, la pobre, la diabetes le ha traído todo
tipo de complicaciones y como quiera tenemos que esperar hasta cuatro
horas para poder entrar a una consulta”, narra María mientras a media
mañana todavía espera el ingreso de su madre al consultorio.
Cansancio
Sentada en su silla de ruedas, doña Amina parece tiembla por el frío que
se condensa en la sala de espera y el bullicio provocado por la alta
cantidad de personas que se encontraban en dicha habitación no le
permitía conciliar el sueño que buscaba tener para dormir aunque sea un
corto periodo de tiempo.
Sus dos hijas la agarraban de la mano cuando cerca del mediodía le
llegó el turno para poder entrar al consultorio para ser vista por el
doctor.
“¿Ustedes se han pasado un día en un hospital de estos?, esto es
imposible, no se puede programar ninguna otra actividad, porque todo el
tiempo del mundo a uno se le va aquí”, exclamaba airada una señora que
solo quiso ser identificada como Manuela mientras sostenía a su hijo de
un año quien estaba a espera de consulta en el hospital materno infantil
Robert Reid Cabral.
María reclama que es injusto que alguien deba pasar todo un día para
poderse atender en un hospital porque si hay que hacerse otros análisis o
diligencias que estén implicadas en el mismo proceso, tendrían que
hacerlo otro día.
Salas de espera llenas, pacientes sentados en el suelo, mientras
llevan esperando horas para ser atendidos, son de las vicisitudes que
pasan las personas en los hospitales públicos del país. En un recorrido
de LISTÍN DIARIO por varios hospitales, las personas se quejaban del
tiempo que pasan dentro del centro de salud. “Tú llegas aquí a las 4:00
de la mañana y fácilmente te dan las 3 de la tarde. Casi 12 horas para
uno poder atenderse.