El Gobierno de Estados Unidos anunció hoy que retirará a lo largo de
esta semana al personal diplomático que todavía queda en su embajada de
Caracas por el “deterioro de la situación” en Venezuela y por constituir
su presencia un “obstáculo” a la estrategia de Washington.
“Esta decisión refleja el deterioro de la situación en
Venezuela, así como la conclusión de que la presencia de personal
diplomático en la embajada se ha convertido en un obstáculo para la
política estadounidense”, afirmó en un comunicado el secretario de
Estado de EE.UU., Mike Pompeo.
Washington ya ordenó el pasado 24 de enero la evacuación de su
personal diplomático no esencial de Venezuela, aunque dejó a un grupo de
funcionarios para gestionar la embajada en Caracas con “capacidad
limitada a proveer servicios de emergencia a los ciudadanos
estadounidenses”.
La decisión del 24 de enero se tomó el día después de que el Gobierno
de Nicolás Maduro ordenase la expulsión de todo el personal diplomático
de EE.UU. en el país caribeño y tras el reconocimiento, por parte del
presidente, Donald Trump, del líder opositor Juan Guaidó como mandatario
legítimo.
Washington, sin embargo, respondió entonces que no retiraría a su
personal al no reconocer la autoridad de Maduro, al que se refirió como
“expresidente”.
“Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas con Venezuela y las
llevaremos a cabo a través del Gobierno interino de Guaidó, que ha
invitado a nuestra misión a permanecer en Venezuela”, dijo en esa
ocasión Pompeo.
Washington lidera una estrategia internacional para deponer a Maduro y
entregarle el poder a Guaidó, quien ha recibido el reconocimiento de
más de 50 países, en su mayoría americanos y europeos, aunque también de
Israel y Australia.
Maduro, por su parte, mantiene el apoyo de Rusia y China, así como de
Cuba, México o Bolivia. Tanto Trump como sus más cercanos asesores en
Washington han repetido que “todas las opciones”, incluida la militar,
“están sobre la mesa” para sacar a Maduro del poder.