El papa Francisco ha aceptado la renuncia del
arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati, imputado en su país por
el presunto encubrimiento de casos de abusos sexuales, y ha nombrado en su lugar a un administrador apostólico.
La Santa Sede informó hoy en un comunicado de que el
pontífice ha aceptado la renuncia presentada por el cardenal, aunque sin
indicar mayores detalles. En el lugar del cardenal Ezzati, Francisco
ha nombrado como administrador apostólico en “sede vacante” a monseñor
Celestino Años Braco, hasta ahora obispo de Copiapó (norte).
Los obispos deben presentar sus renuncias al papa una vez cumplen los
75 años de edad, pero la salida de Ezzati, de 77, se produce justo en
un momento en el que en su país es investigado por encubrir
presuntamente casos de abusos sexuales a menores por parte de curas.
La justicia chilena rechazó ayer viernes la petición de sobreseimiento
definitivo presentado por la defensa del arzobispo, en medio de los
escándalos por abusos sexuales que sacuden a la Iglesia del país
sudamericano en los últimos tiempos.
La Fiscalía de ese país indaga la participación del arzobispo de
Santiago en los hechos imputados al excanciller del arzobispado
capitalino Óscar Muñoz, acusado por violación y abusos, y del sacerdote Jorge Laplagne, denunciado por hechos del 2002.
Asimismo, está imputado presuntamente por el encubrimiento del cura
Tito Rivera, acusado de un abuso en la catedral de Santiago en 2015.
Mientras Ezzati afronta este proceso, el papa Francisco ha puesto al
frente de la archidiócesis de la capital chilena al monseñor español Aós
Braco (Artaiz, Pamplona, 1945).