INTERNACIONAL
WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció
hoy que aceptó la renuncia de su jefe de Medioambiente, Scott Pruitt,
tras meses de investigaciones sobre sus prácticas controvertidas al
frente de esa agencia.
“He aceptado la renuncia de Scott Pruitt
como jefe de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA). En ella,
Scott ha hecho un trabajo sobresaliente y siempre le estaré agradecido
por esto”, aseguró el mandatario en su cuenta de Twitter.
Acto
seguido, Trump empleó también esta red social para anunciar que el hasta
ahora subsecretario de Medioambiente, Andrew Wheeler, asumirá la
cartera de manera interina.
“No tengo duda de que Andy continuará
con nuestros grandes y duraderos planes para la EPA. ¡Hemos hecho
tremendos avances y el futuro de la EPA es muy brillante!”, agregó el
presidente.
Hacía meses que el nombre de Pruitt aparecía en todas
la quinielas de posibles nuevas salidas del Ejecutivo debido a las
numerosas irregularidades de las que había sido acusado y por las que se
le habían abierto sendas investigaciones tanto por parte del Congreso
como por parte de la Oficina de Ética del Gobierno (OGE).
Sin
embargo, pese a que el numero de presuntas irregularidades iba en
aumento, el presidente siempre le mostró su apoyo debido a que fue uno
de los miembros de su Gabinete más leales y que con más ahínco llevó a
la práctica las políticas del actual Gobierno.
“(Gracias a
Pruitt) nos hemos librado de regulaciones a niveles récord y eso ha sido
muy bueno. Obviamente las controversias de Scott (no eran buenas) pero
(con su trabajo) dentro de la agencia estábamos extremadamente
contentos”, dijo Trump a los periodistas que le acompañaban en su vuelo a
Montana (oeste).
Trump aseguró que Pruitt no fue despedido, sino
que “dependió de él” la decisión de renunciar, y que tampoco hubo un
“detonante” definitivo para su salida, sino que él llegó a la conclusión
de que “no quería ser una distracción” que desviara la atención de las
políticas “de un Gobierno en el que tiene mucha fe”.
Entre las
irregularidades cometidas presuntamente por el ya exsecretario se
contaban su gusto por viajar en primera clase o el haber alquilado su
residencia a un grupo de presión de la industria energética por un valor
muy por debajo del mercado.
Después de que al principio de
semana se filtrara que Pruitt había presionado a sus subordinados para
que le buscasen un empleo bien remunerado a su esposa, Marlyn Pruitt,
los medios, citando fuentes próximas a la Casa Blanca, comenzaron a
asegurar que Trump estaba llegando al límite de su paciencia.
DIARIO LIBRE
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