INTERNACIONAL
TOKIO. La cifra de víctimas mortales que han causado las lluvias
torrenciales en Japón superó hoy el centenar, mientras continúa la
búsqueda de unos 60 desaparecidos por una de las peores catástrofes
naturales de este tipo en el país de las últimas décadas.
Las
precipitaciones récord registradas desde el jueves en regiones del sur,
el centro y el oeste del archipiélago nipón han causado graves daños en
miles de viviendas e infraestructuras, provocado la evacuación de
decenas de miles de personas y dejado aisladas a poblaciones enteras.
Por el momento hay
114 víctimas mortales, 3 heridos graves y 61 desaparecidos, la mayoría
de ellos en las prefecturas de Hiroshima (oeste) y Okayama y Ehime
(sudoeste), según los últimos datos ofrecidos por las autoridades locales y recopilados por la cadena estatal NHK.
El
Gobierno confirmó hoy que las víctimas mortales superan ya el centenar,
mientras que el primer ministro, Shinzo Abe, ha cancelado su gira a
Europa y Oriente Medio prevista para esta semana con vistas a coordinar
personalmente las tareas de asistencia a las víctimas y a visitar las
zonas afectadas, dijo su portavoz.
Unos 73.000 efectivos de las
Fuerzas de Autodefensa (Ejército), la policía y los bomberos continúan
hoy con las operaciones de búsqueda de desaparecidos y de rescate de
personas que se refugiaron en techos de edificios inundados, tareas en
las que participan también 73 helicópteros y decenas de embarcaciones.
La
mayoría de los muertos y desaparecidos resultaron arrastrados por las
crecidas de ríos o desbordes de diques, o atrapados en corrimientos de
tierra y derrumbes de edificios provocados por las precipitaciones, que
alcanzaron los 1.600 milímetros acumulados en algunos puntos, el mayor
nivel registrado desde 1976.
Las autoridades niponas llegaron a
recomendar la evacuación de 5,9 millones de ciudadanos de 19 prefecturas
durante el fin de semana, y el domingo más de 30.000 personas pasaron
la noche en refugios, según datos del Gobierno.
En la localidad
de Mabicho (Okayama), una de las más castigadas, unas 1.200 hectáreas o
dos tercios de su superficie quedaron totalmente inundadas en cuestión
de horas, lo que empujó a un millar de personas a refugiarse en los
techos o azoteas de las 4.600 viviendas que fueron engullidas por el
agua y el barro.
La Agencia Meteorológica de Japón (JMA) ya ha
retirado el nivel máximo de alerta en las zonas afectadas, aunque
mantiene los avisos por inundaciones y corrimientos de tierra en varias
prefecturas.
El Ministerio de Territorio, Infraestructura,
Transporte y Turismo está empleando camiones de drenaje para extraer el
agua de las zonas anegadas, aunque esta tarea podría tardar dos semanas
en completarse.
Las lluvias también provocaron la suspensión de
decenas líneas ferroviarias y el cierre de numerosas carreteras,
interrupciones que continúan durante la jornada de hoy.
Asimismo,
la catástrofe ha afectado a empresas como las automovilísticas Mazda,
Toyota y Mitsubishi o la tecnológica Panasonic, que se vieron obligadas a
suspender la producción en varias de sus plantas, y ha alterado la red
logística del gigante del comercio digital Amazon y de otras compañías
niponas de transporte.
El fenómeno meteorológico es de los más
devastadores que se recuerdan en un país donde las condiciones
climáticas extremas son habituales, sobre todo en la época estival de
lluvias y tifones.
Más de 70 personas murieron en los
corrimientos de tierra causados por lluvias torrenciales en Hiroshima en
2014, mientras que el paso de los tifones Haikui (2012) y Ewiniar
(2006) por el archipiélago de Okinawa dejaron 105 y 141 muertos,
respectivamente.
DIARIO LIBRE
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