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De Sandro Pertini a Emmanuel Macron: la euforia de los presidentes en el Mundial

INTERNACIONAL

MADRID. Emmanuel Macron, presidente de la República francesa, protagonizó un par de imágenes icónicas durante la final del Mundial que dieron la vuelta al globo. No ha sido el único. A lo largo de la historia del torneo, muchos grandes dirigentes consiguieron ser protagonistas por sus gestos en los triunfos de sus respectivas selecciones.

El dirigente galo vivió una jornada muy emocionante en Moscú. La victoria de Francia por 4-2 ante Croacia, logró sacar las pasiones de un hombre que atrajo los focos en dos momentos concretos de la tarde.

Primero, con una efusiva celebración de uno de los goles del conjunto de Didier Deschamps. La captó un fotógrafo del equipo de Vladimir Putin en el palco y congeló a Macron de pie celebrando un tanto con sus dos brazos en alto. A su lado, la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, permanecían petrificados.

Después, en la entrega de premios, y ya sobre el césped, la lluvia proporcionó a Macron la segunda imagen icónica de la jornada. Un torrente de agua cayó sobre el césped del estadio de Luzhniki y, sin un paraguas que le protegiera, al contrario que Putin, fue dando abrazos a sus jugadores de ambos equipos calado hasta los huesos.

Macron, el presidente campeón, acaparó muchos de los focos de un acontecimiento que para el mundo una vez cada cuatro años. Pero ha habido otros. La historia ha dejado otras celebraciones históricas a lo largo de los años que no han decepcionado.

Una de ellas, por su emoción, la protagonizó Sandro Pertini en el palco del estadio Santiago Bernabéu durante la final del Mundial de España 1982. El presidente de la República italiana no pudo contener su emoción cuando el combinado transalpino ganó la final a Alemania.

Si sobre el césped emocionó la mítica celebración de Marco Tardelli, con una carrera y unos gritos inolvidables en su gol, en la zona noble del estadio, el anciano Pertini, consiguió una foto icónica como la de Macron.

En aquellos días, España disfrutaba de su incipiente democracia, la “Movida” madrileña era una realidad y el alcalde de la capital, Enrique Tierno Galván, era un hombre entrañable. Como Pertini, que aquel día, con 86 años, enterró definitivamente a Benito Mussolini del fútbol.

El último Mundial que ganó Italia lo hizo bajó el mando del dictador en 1938. Desde entonces, y hasta 1982, no había conseguido repetir la hazaña de ganar la Copa del Mundo. Los gestos de Pertini, saltando feliz por los goles de Rossi, Tardelli y Altobelli, se quedaron para siempre en el imaginario del planeta fútbol.
 
 
DIARIO LIBRE

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