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A los jugadores les cuesta asimilar el uso de sabermetría

DEPORTE




“Los que trabajan con esas estadísticas de última generación nunca jugaron pelota, no se lleven de esas cosas”. Así dijo Roberto Alomar, inmortal de Cooperstown y considerado para muchos el mejor intermedista de la historia, a Z Deportes el 4 de julio pasado sobre las métricas.


Opinión como la del puertorriqueño es común entre los jugadores activos y retirados y muchos reaccionan molestos, irónicos y hasta ridiculizan cuando se le pregunta de la importancia que hoy se da a estas herramientas. Lo ven como puras teorías en un juego que se define por la capacidad de en cronómetros batear, atrapar y hacer fallar esféricas que viajan a tres dígitos de kilómetros por hora, a velocidad de pestañear.

“La sabermetría se inventó para darle trabajo en oficinas a gente que nunca jugó pelota profesional y siempre quiso ser pelotero”, opinó un pelotero de la Lidom que pidió la reserva de su nombre. Cinco jugadores (dos de ellos retirados) hablaron con DL bajo la misma condición sobre el tema y coinciden en que a este “nuevo” lenguaje se le otorga una importancia sobredimensionada.
Ya los seis equipos de la Lidom tienen departamentos de sabermetría (acrónimo de la SABR, la Sociedad para la Investigación del Béisbol Americano) para el suministro de información que sirvan para evaluar cómo afectan las estadísticas individuales y colectivas de los jugadores y así desarrollar estrategias ofensivas, defensivas y de pitcheo.

Es un concepto creado en 1971 por Bob Davis, pero que tuvo su mayor impulso a partir de 1979 con Bill James y sus escritos conocidos como Baseball Abstracts. James es considerado el padre de la sabermetría.

Una forma de leer el juego que nació para dar respuestas a interrogantes que las estadísticas de la triple corona no satisfacían, pero que se ha convertido en un Big Data, una enorme fuente de información que quienes logran interpretarlas de forma correcta puede influir en los partidos.
Alex Cora, ex jugador puertorriqueño que en 2018 será el primer no blanco en dirigir a los Medias Rojas de Boston, difiere de aquellos toleteros que no asimilan el cambio
“Hay una inversión sumamente grande en el departamento de analítica, desde las Grandes Ligas hasta el béisbol invernal, que la información que este grupo de persona brinda hay que utilizarla. Yo entiendo que tenemos el conocimiento del juego, que lo hemos jugado desde los cinco años la mayoría de nosotros, pero hay información que es básica, que es necesaria para que los jugadores sigan mejorando, que tu equipo siga mejorando y si eso sucede ayuda a ganar campeonato, porque esa información no la podemos ignorar”, dijo Cora al programa radial Grandes en los Deportes este mes.

De hecho, Cora, sin dejar de reconocer que todavía hay espacio para dirigir por instintos, explicó en la entrevista que hay equipos que entregan un guion al dirigente para que lo ejecute y en función de cómo siga esa hoja de ruta son evaluados.
“A mí háblame de promedio de bateo, empujadas, jonrones, dobles, hits para los bateadores y victorias, derrotas, efectividad y ponches para los pitchers. ¿Qué es eso de WHIP, WAR, BABIP? Yo no entiendo eso”, dijo un jugador en referencia a la estadística que explica los hits y transferencias que otorga un lanzador por entrada, las victorias sobre jugador reemplazo y el promedio de bateo de bolas en juego.

“Es una herramienta informativa que aporta otra capa de información a la que se usaba tradicionalmente como el scouting y la observación y creo que cada vez más se usa en la Liga Dominicana. Todos los equipos, a diferente nivel, todos la usamos, de una manera o de otra”, dijo José Gómez, gerente de operaciones del Escogido que fue contratado para trabajar el tema hace cinco años por los rojos.
El tamaño de la muestra de la Lidom (50 partidos) dificulta la acumulación de cifras amplias, por lo que los equipos tienen que apelar a comprar las informaciones de los jugadores en los circuitos estadounidenses.

“Guardando la distancia aquí se utiliza, no igual que en Grandes Ligas, pero ya nosotros aquí en el estadio Quisqueya tenemos un Trackman, que nos ayuda con el pitcheo, bastante para tener algunos datos sobre spin race (rotaciones de la pelota entre la salida de la mano del lanzador y su llegada al receptor), sobre zonas de bateo para los bateadores”, explicó Gómez.

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